martes, 9 de febrero de 2010

La Habitación Nueva (V)

El sonido de un piano, ahogado por las blancas paredes, la despertó. Adoraba quedarse dormida tras un trabajo bien hecho, y aquella habitación era excelente para ello. El frío estaba en su justa proporción, y el ambiente... Era perfecto.

Se estiró perezosa, y sacudió su pelo corto. La peluquera se había tomado al pie de la letra aquello de 'un corte fresquito', aunque estuvieran en pleno invierno. Suspiró, y miró el lienzo, ahora pintado. Aún estaba levemente húmedo, así que lo dejó en el caballete, y salió de la habitación.

Al abrir la gruesa puerta, la música la rodeó y entró en La Habitación, colándose en cada rincón, disfrutando de los ínfimos segundos en que podría estar allí antes de que, como siempre, cerrasen aquella puerta.

Se acercó a la cocina, de donde salían la música y la luz, y se apoyó en el marco. Las encimeras oscuras estaban llenas de aparatos de metal, botes con especias, y otras cosas que ella jamás usaba. La cocina era el territorio de Alice, igual que hasta ahora había sido La Habitación. Aunque desde el regalo la compartieran, siempre habría una parte que le sería ajena.

Alice sonreía. Como siempre, parecía saber cuándo iba a llegar Sonja.

- ¿Cuanto tiempo vas a estar ahí sin decir nada?

- Me encanta verte cocinar, es como ver un pequeño ejército en acción. No entiendo cómo puedes hacer tantas cosas a la vez .

- Es cuestión de organización: cortar, triturar, especiar, mezclar, empanar.

Sonja se acercó a una gran olla de latón y miró dentro con cautela. Acercó la mano para probar un trozo pero, pensándolo mejor, se apartó y se apoyó en el frigorífico.

- ¿Qué ha pasado hoy?

- Nada especial, ese es el problema. Sin hacer nada fuera de lo común se encargan de recordarme que no soy nadie allí, que no valgo nada para ellos. Da igual cuánto me esfuerce, da igual cuánto trate de mostrar lo que puedo aportarles.

- ¿Quieres que haga algo?

- No, no hace falta. Quiero conseguirlo por mí misma. Además, no les conoces. No quiero que haya posibilidad de cometer un error.

Alice se dio la vuelta ofendida, y miró a Sonja con seriedad.

- Sabes que yo no cometo errores. Nunca hago nada que no esté cuidadosamente pensado y meditado. Ni tampoco hago nada irreflexivo e inesperado.

- ¿Como el chico del cuadro?

Alice paró apenas un segundo de amasar la carne, y se apartó el flequillo de la frente con el dorso de la mano. Aquello había sido inesperado, cierto, pero no habría problema, nunca lo había. Soltó una risita floja, y siguió amasando la carne.

Sonja se acercó y comenzó a trenzar el largo cabello rubio de la joven cocinera. Le dio un beso en la nuca, y ambas sonrieron.

- Voy a ver un poco la tele, nunca está de más saber qué pasa en el mundo.

- De acuerdo, cielo. Iré en cuanto acabe de preparar las croquetas.

Nadja se estiró, le dolían los músculos de la espalda. Y entonces, nada más salir de la cocina, dio media vuelta y asomó por la puerta.

- Por cierto, ¿qué hizo?

Alice la miró y sonrió levemente. Continuó amasando carne, y Sonja volvió hacia el salón, pensando que no respondería. No había dado dos pasos cuando escuchó la voz de Alice, como un susurro.
"Contó el final de Perdidos". Sonrió. Era incorregible.

3 comentarios:

Ojo de gato dijo...

Desconfía de cualquier posible extraño o extraña que te invite a su casa porque después del spoiler que has hecho hoy puedes acabar igual xDD

Menelmakar dijo...

Ayer lo sacaron en el hormiguero...

Se muere Chanquete

Morgana Majere dijo...

Lo sé, lo ví xD

Y Javi, a mí no me importan. De hecho, yo leo spoilers de perdidos xD