domingo, 30 de agosto de 2009

Cosas de la vida...

...sin las que no podría vivir.

Sin libros. No podría seguir viviendo si no tuviera nada que leer. Hasta las matrículas, cuando no se sabe leer otra cosa. Sin embargo siempre hay algo, siempre hay obras que hacen desear que la escritura no hubiera existido nunca.

Sin música. Al menos sin cierto tipo de música. Doy gracias porque la madre de Vivaldi pudiera criar a ese hijo. Y con ella las madres de muchos más. Y me acuerdo también de las madres de muchos otros, aunque nadie sepa quiénes son sus padres. Esos podrían estar en la otra lista.

Sin soledad. Un momento para cerrar los ojos y pensar. O pensar con ellos abiertos, aunque eso dé más miedo. Y una mierda, soledad para no tener que oír las gilipolleces que podemos llegara a decir (yo incluida).

Sin uvas. Es una debilidad. Como el chocolate.

CENSORED

No podría vivir sin muchas cosas. Siempre las estaría echando en falta, pero... ¿Y si fuera necesario? ¿Sobreviviría? ¿A cuántas cosas estás dispuesto a renunciar con tal de seguir adelante?

La moneda de canje la eliges tú, solo tú puedes saber qué depondrás para poder continuar.


A veces, cuando estoy en silencio, puedo oír cosas que normalmente no oiría.
A veces, cuando cierro los ojos, puedo ver cosas que normalmente no vería.
A veces, solo a veces, puedo vivir algo más que normalmente no viviría.
Esas veces siento que no querría despertar.

viernes, 28 de agosto de 2009

19.17 Reflexiones


¿Qué es un cigarro en la vida?

Me acaban de decir. Y me lo pienso, de verdad.

Un cigarro en la vida es...

... un beso menos.

... una lágrima más.

... un paseo menos por la playa.

... un viaje más, sólo de ida.

... una lectura menos.

... una aparición pública más, en el periódico.

... un consejo menos.

... unas flores más.

Un cigarro en la vida es una persona menos.

Y un número de más.



martes, 25 de agosto de 2009

Tonight's the night

Suerte es encontrar esto la noche en que el primer capítulo de la tercera no te funcionaba bien.

Mala suerte es llegar al final y darte cuenta de que quedan 34 días...


domingo, 23 de agosto de 2009

Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio


Es muy sencillo comenzar a criticar lo que no nos gusta de los demás según criterios propios.

Es facilísimo tratar de moldear a los demás según nuestra idea de 'lo bueno', 'lo bonito', 'lo agradable' y 'lo correcto'.

Pero más fácil es aún sacar los dientes y decidir que pa moldear está la arcilla, y que a ti ni se te acerquen.

Por eso, y porque la paciencia es un don, y el día que la repartían yo llegué tarde, es mejor cambiarse uno y dejar a los demás que se cambien a sí mismos.

No porque te guste a ti será lo bueno lo correcto, ni lo tuyo lo mejor.

Es una pena que las utopías no se cumplan y que de los errores no se aprenda.
Lástima. El día en que la humanidad corrija esto será que ha llegado el fin del mundo. Espero estar ahí para verlo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Agosto, enero y un montón de sueños.

Hace demasiado calor. Sí, demasiado.

Una vez, hace ya mucho tiempo, alguien que no recuerdo me dijo que 'demasiado' implicaba siempre negatividad. O tal vez lo ví en una película. O tal vez lo leí en un libro.

Nunca más volví a utilizarlo a la ligera. Nunca volví a decir 'te quiero demasiado', cuando lo que quería significar era que te amaba con locura. A pesar de lo cual, la locura no siempre es buena.

Sin embargo, el recuerdo ya no está, no están los detalles, ni los nombres. Ni el color, el olor, el sonido ni el sentido. Pero sí su significado.

Quién sabe si dentro de muchos años, cuando yo ya me haya ido, tal vez alguien recuerde lo que significaron mis palabras para él, aunque ya no sepa quién era esa chica de pelo casi rubio y ojos casi azules que hablaba de calores y recuerdos.

Ya no soy yo, pero sigo siéndolo. Han pasado muchos años, el tiempo sigue caminando, imparable, imperturbable, indeciso. Sin saber si va a la derecha o a la izquierda, pero siempre adelante. Y no podemos alcanzarlo.

Pero siempre nos quedarán esos escalofríos al pensar, ese ver pasar el tiempo tumbados en la playa, huyendo del aire frío, sonriendo al sol del norte, mientras nos manchamos con arena que no es arena, y nos damos besos que no son de despedida.

Porque el tiempo puede correr todo lo que quiera, que nosotros podemos quedarnos con sus segundos.

martes, 11 de agosto de 2009

Silanah


Tengo el poder, la fuerza y la vida.


Soy el centro del universo.

Veo el pasado, el presente y el futuro.

Nada temo, nada siento.

Nada puede dañarme.

Gira el mundo, se deshace y se forma,

sin pausa, sin duda,

sin siquiera mirar atrás.

Y el eje sigue inmóvil, atento, silencioso.

Inmutable.

Eterno.

Uno.