lunes, 31 de diciembre de 2012

A veces la vida nos deja sin palabras cuando hay mucho que decir. A veces es una sensación maravillosa.


domingo, 23 de diciembre de 2012

miércoles, 19 de diciembre de 2012

En la oscuridad de la noche lanzan las golondrinas su canto postrer. Agonizan mientras sus alas bailan al compás de un ritmo invisible, la melodía de un violín silencioso que soporta en alto un hombre ciego. Homero, no recites pasajes de obras pasadas en lenguas marchitas. El tiempo se acaba ya, el mundo se agosta. A nadie le importarán ya las lágrimas de Andrómaca o el sollozo inconsolable de su hijo huérfano. De nada servirán las noches insomnes de Penélope ni sus manos callosas por el telar. 

Caen las estrellas como petalos sin vida, se apaga la luna y se esconde el sol, y la noche eterna nos envuelve en su frío abrazo. El Hades abre sus puertas y nos da la bienvenida a la última morada. Por fin ha llegado el invierno.


sábado, 8 de diciembre de 2012


Ríe, y el mundo reirá contigo. 
Llora, y llorarás solo. 

miércoles, 5 de diciembre de 2012


Y su corazón estalló en mil pedazos, esparciendo a su alrededor polvo de vidrio que escapaba por las junturas. Pero de la presión misma de los mil fragmentos de vida, el músculo permaneció en su sitio y quedó condenada a seguir arrastrando las miserias de su triste existencia. 


sábado, 1 de diciembre de 2012



El foco ilumina sus larguísimas piernas. Enfundadas en unas medias de rejilla, dejan a la vista medio muslo, enlazadas con un hermoso liguero oscuro que realza su vientre y sus sensuales curvas. 


Con un relajado movimiento de su hombro deja deslizar por su pecho la tela transparente que ocultaba su mirada. 


Arquea la espalda en la silla, balancea su larga melena, y no quita de ti sus ojos salvajes que prometen silencio, anhelo, el mundo. 


Sus tacones amenazan guerra con cada paso que la acerca, con cada golpe sientes su aroma y su pasión, con cada parpadeo tu sangre parece dejar de fluir. 


Pasa despacio su lengua por tus labios, apartando esas manos que tan solo quieren atraerla, y te tumba sin dudar. 


Es una gata que trepa por tus piernas, la marea que se aprieta contra tu pecho, un cálido aliento en tu cuello, un dulce caramelo entre tus labios. 


Te cubre los ojos de terciopelo y libera tus manos de su misterioso abrazo. Y con un susurro y un escalofrío despiertas a la oscura soledad de tu dormitorio. 






viernes, 30 de noviembre de 2012

El ruiseñor y la rosa.

"—No necesito más que una rosa roja —gritó el ruiseñor—, una sola rosa roja. ¿No hay ningún medio para que yo la consiga?

—Hay un medio —respondió el rosal—, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.

—Dímelo —contestó el ruiseñor—. No soy miedoso.

—Si necesitas una rosa roja —dijo el rosal—, tienes que hacerla con notas de música al claro de luna y teñirla con sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí con el pecho apoyado en mis espinas. Cantarás para mí durante toda la noche y las espinas te atravesarán el corazón: la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en sangre mía.

—La muerte es un buen precio por una rosa roja —replicó el ruiseñor—, y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el bosque reverdecido y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida. ¿Y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?".

Extracto del cuento de Óscar Wilde, El ruiseñor y la rosa.


jueves, 29 de noviembre de 2012

martes, 27 de noviembre de 2012

Si yo...

If I were a boy.

Si yo fuera más fuerte.

Wenn es weniger wichtig wäre.

Si el silencio pesase un poco menos.

Y las palabras revoloteasen un poco más.

Tal vez los secretos no arraigarían tan adentro.


jueves, 22 de noviembre de 2012

Aferro con mis manos frías una taza de té ardiendo. Menta y miel. Soy como una mala hierba, nunca muero. Nunca desaparezco del todo. Nunca termino de disiparme en esa niebla que envuelve mi vida y que oculta mis secretos. Me han visto aquí, allí. Con un nombre u otro. Con un rostro, una máscara, con un disfraz que no es mentira y que revela más de lo que tapa. 

He visto cosas que os darían miedo. He vivido, he muerto, he resucitado. He olvidado lo que es dar con las manos llenas, amar una caricia y un suspiro. Ya no recuerdo las lágrimas heladas que se convierten en cristales de miríficas formas que transforman la luz en mil colores. 

Pero he vuelto. Como vuelven siempre las golondrinas en primavera. Como vuelven siempre los sueños a nuestra mente dormida. Como vuelve siempre la muerte cuando ya hemos olvidado su última visita. Y quizás no me vaya nunca. O tal vez sí. Nadie lo sabe. 


S. 

lunes, 16 de abril de 2012

Tempori aptari decet. Medea, 175.

Dicen que todo tiene su momento, que hay que adaptarse a las circunstancias.

Tienen razón.

No tiene sentido llevar el paraguas abierto en un día soleado y sin nubes, como tampoco tiene sentido ir en chanclas en enero. Cuando el corazón oprime, sonreír es complicado, lo mismo que contener una carcajada de alegría aunque en torno a ti reine el desánimo.

Pero hay que adaptarse a las circunstancias, porque todo tiene su momento, y ese es solamente el presente, y no otro.

Cuando este blog salió a la luz (in lucem editum), lo hizo a costa de la vida de su mater espiritual, que quedó cerrada y relegada al universo de las cosas escondidas. Sin embargo, nunca desapareció. Tan solo sucedió que, como bien decíamos, ya no era su momento. Su razón de ser había pasado a mejor vida, por lo que obligarlo a mantener una existencia exigua y mediocre sería como entubarlo y forzarlo a respirar cuando lo único que quería era morir y descansar.

Así, este blog me ha acompañado desde un lejano 9 de enero de 2009, a través de varios cambios de imagen y sentido, hasta hoy. Han pasado tres años, tres meses y siete días (aunque si lo sé, lo hago cuatro días antes y esta entrada podría ser una reflexión metafísica y esotérica, llena de misterio y simbolismo, en lugar de lo que es, una triste despedida), en los que mi vida ha cambiado mucho y a la vez nada.

Esto no es un adiós, y esto no es un tópico. En serio. Seguiré, espero, escribiendo por aquí, cuando el hambre apremie, cuando el tiempo me sobre, o cuando las ranas bailen flamenco. Sin embargo, el ciclo se cerró.

Y como siempre, cuando una puerta se cierra (si no miras, te la pegas), otra se abre (aunque habría que ver por qué narices tiene que abrirse una puerta cuando cierras otra, que yo en mi casa cierro el baño y la puerta de la calle no se abre...). Y mi camino va a seguir hacia adelante.

Tengo varios grandes proyectos en mente, que me han ocupado ya bastante tiempo. Ahora es tiempo de hacer focus (focus al Yiiii, cuidado con el jungler, no seas feeder), y ponerme de verdad a trabajar. Así que, si tenéis interés en acompañarme en el futuro, si queréis conocer cuál va a ser el futuro de esta personita que durante estos años os ha aburrido hasta la saciedad con sus chorradas, comentad, pequeñas marionetas, comentad, escribidme, tuiteadme, o mandadme señales de humo, y yo os responderé.

Y LA VERDAD OS SERÁ REVELADA.

miércoles, 11 de abril de 2012


Decían que no podría con ellos...

Se equivocaban.

domingo, 11 de marzo de 2012


Aprecio que todavía seamos amigos,
a pesar de que leas mi blog
y sepas que soy una persona completa
y absolutamente loca y enajenada.

domingo, 4 de marzo de 2012

Esto se acaba. Todo. Decían que el mundo se acabaría en 2012, y conforme van desarrollándose los acontecimientos uno se pregunta si tiene importancia, o si merecería la pena que continuase en el 2013, 2014, etc.

El país se va a la mierda. Y no solo la situación general, sino la particular de cada individuo parece que va a peor. Y si es que se mantiene, es el ánimo el que decae.

De nosotros se comienza a adueñar una indomable desesperación, una angustia vital que atenaza nuestras gargantas impidiéndonos respirar profundamente, que nos ahoga poco a poco para que nos acostumbremos a vivir con poco oxígeno, que es lo que quedará cuando termine todo esto.

Se van apagando luces, velas, y cada vez vienen menos a sustituirlas. Nos vamos hundiendo en la oscuridad, abandonados por los dioses y despreciados por todo aquel que nos mire. Ya no queda esperanza.

La Nave Nodriza no vendrá, y estaremos condenados a esperar en un mundo oscuro y silencioso, lleno de los monstruos que nosotros hemos creado, rezando para que alguien termine con nuestra miserable existencia.

Estamos solos. Se acerca el final. Y nos da lo mismo.

viernes, 3 de febrero de 2012

La mejor decisión de nuestras vidas.

Hace ya casi un año y medio, mi hermana con su persistencia logró lo que no habíamos conseguido en años y años de insistir a mis padres. Por fin, después de mucho discutir, mandar emails, poner ojitos, llorar por las esquinas y buscar razones hasta debajo de las piedras, mi hermanísima convenció a mis padres de que lo mejor que podíamos hacer era adoptar un perro.

Yo no estaba muy de acuerdo por varias razones. En primer lugar, porque era una enorme responsabilidad, y yo estaba hasta arriba de trabajo y no creía poder encargarme de más en ese momento. Después, la casa iba a estar patas arriba con un cachorro, iba a oler a perro (a mí lo que me gustaban eran los gatos), y las cosas rotas iban a estar por todas partes. Y por último, pero no menos importante, a mi madre le daban mucho miedo los perros y pensaba que era muy egoísta meter un perro en casa porque mi hermana quisiera, sin pensar en los demás. Y a todo esto se añadían los problemas para irse de vacaciones, de fin de semana, ir a comer fuera, etc.

Pero mi hermana se había salido con la suya, y estaban ya en pleno proceso de búsqueda. Encima, ella quería un bulldog francés, y no hacían más que buscar por criaderos un enano que les gustara. Pero a mí no me parecía bien, porque eran muy caros (700 euros), tenían muchos problemas de salud (problemas de piel, de huesos, de respiración...), y no me terminaban de convencer. Y lo mismo pasaba con los retriever, que es lo que querían mis padres. Son animales típicos, que se ponen de moda en una época, y la gente los coge sin discriminación, sin darse cuenta de que hay muchos más animales que serán más bonitos, más inteligentes y más agradecidos, porque viven en una perrera o protectora y así les salvarían la vida.

Entonces, mientras ellos buscaban por distintos criaderos y veterinarios, creo que fue mi hermana quien encontró por primera vez la foto que nos cambiaría la vida.


Cuando le vi, algo dentro de mí cambió para siempre. Supe que ya no quería gatos, ni peces, ni bulldogs ni nada que no fuera aquella pequeña bolita peluda y desvalida. Y entonces empecé a insistir todo lo posible para adoptar a aquel pequeño.

Vino bautizado, triste, muerto de frío y de miedo, solito tras perder a su mamá, pero no tardó más de un día en hacerse dueño de la casa. Recuerdo perfectamente, y creo que no lo voy a olvidar jamás, el momento en el que la colaboradora de Propatas sacó a Otto de su transportín y nos lo trajo. En ese momento lo cogí en brazos y ya no lo pude soltar. Sé que nos contó qué le teníamos que dar de comer, cómo cuidarle, y muchas más cosas, pero yo tenía a aquel chiquitín abrazado para que no tuviera frío, y no recuerdo nada más.

Era octubre, a finales de mes (creo que el día 30), y lo habían abandonado junto a su mamá, muy malita, en un pueblo de la provincia. La mamá era una podenca - lo que yo daría por haberla visto, y ojalá por haberla podido salvar también - y el papá... bueno, algún perro pastor del pueblo. Por su aspecto y su carácter, algún pastor (alemán posiblemente).

Mi madre insistía en que le acogíamos una semana de prueba, porque no estaba segura de poder hacerlo, pero según me lo llevaba para casa en brazos, envuelto en mi cazadora, me juré que ese perro no iba a volver a la calle.
Estaba tan triste, tan apagado. Se quedaba donde le pusieras, daba un par de tímidos pasitos, y se acurrucaba en el regazo de cualquiera que quisiera darle un poco de calor.

Era tan chiquitín que el culete se le resbalaba por el suelo y se caía el pobrecito.

Pero al día siguiente, cuando le subimos un montón de juguetes para morder y jugar, se convirtió en otro perro diferente.

Empezó a sentirse cómodo y confiado, jugaba con nosotras (quisiéramos o no quisiéramos), y consiguió que mi madre dejase de tener miedo a los perros, fueran cuales fueran. Nos trajo alegría, compromiso y cercanía, y nos demostró que un perro es, muchas veces, más inteligente y agradecido que un humano.

No voy a negar que nos ha dado problemas y preocupaciones. Ha estado malito alguna vez, y la angustia que te produce solo el pensar en perderlo es mayor de lo que uno casi puede soportar. Pero en la balanza, pesan mucho, mucho más las cosas buenas que Otto nos ha aportado.


Él ha tenido mucha suerte, y me encantaría poder decir que la mayoría de perros acaban así. Pero hay demasiadas camadas no deseadas, demasiada gentuza que abandona al que durante un tiempo ha sido su mejor amigo, y por desgracia hay demasiados pocos hogares que pueden acoger o adoptar definitivamente a estos pobres seres a los que el mundo trata tan mal.

Por eso, cuando llegó el momento, con todo el dolor de nuestro corazón decidimos castrar a Otto. Me habría encantado poder tener Ottitos llegado el momento, y darles amor y cuidarles para siempre. Y tener muchas generaciones de Ottos corriendo por mi casa.

Pero quizás en un futuro, alguno de mis Ottos terminase en la calle, muriendo de frío y soledad, y no podría soportarlo. Y además, hay muchos más Ottos en las protectoras, en las perreras, esperando que vayas y los adoptes. Porque eso es lo mejor que se puede hacer.

Son muchas las ventajas de adoptar. De adoptar un perro mestizo. Sea adulto o sea cachorro. De darle de nuevo al perro abandonado la seguridad y el cariño de un hogar. Son tantas que no me voy a parar a contarlas. Para el perro, todo son cosas buenas.

Pero como la gente suele ser egoísta y pensar más en sí misma, les diré que para los adoptantes son también todo ventajas. Son perros sumamente inteligentes. Cuando Otto no tenía más que 4 meses o así, en el parque nos encontrábamos con unas parejas con perros ya adultos que jugaban con la pelota. Eran perros de raza, obedientes, educados por un entrenador, que iban a por su pelota, volvían y se sentaban a una orden. Otto jugaba también con la pelota, pero se la quitaba, corría, jugaba libremente y tenía capacidad de improvisar. Sin su rutina, ellos se quedaban quietos. Otto demostraba que él tenía algo más que eso. Y no hablaré ya de los miles de trucos que mi hermanísima le ha enseñado. Lo de sentarse, dar la pata y tumbarse se presupone. Pero Otto también se hace el muerto, te choca los cinco (y los diez) a la mano y al pie, gatea, y está aprendiendo a fingir que cojea!

Son perros agradecidos. Y cariñosos. Otto adora que le den mimos, y a la gente de su manada la ama y la reconoce donde sea. Jamás he visto a nadie tan emocionado por volverte a ver.

Y además, adoptando a un perro como este habrás salvado una vida. Esa satisfacción personal no te la va a quitar nadie.

Si quieres un perro, adopta, no compres. Hay miles y miles de asociaciones que te dan todas las facilidades del mundo para adoptar, acoger o incluso solo colaborar para salvar vidas. Propatas es una de ellas, pero en cada ciudad hay muchas más. Busca en las redes sociales o en internet, o acércate a la perrera a buscar a tu futuro compañero. ÉL te lo agradecerá. YO te lo agradeceré. Y todos estaremos mucho más contentos.

martes, 31 de enero de 2012

Educación

La palabra 'educación' en español tiene la versatilidad de significar varias cosas. Es decir, es polisémica.

Puede hacer referencia a la educación como aquello que se aporta o se recibe en forma de conocimientos, de tal manera que se habla del sistema docente / discente. Pero también al conjunto de valores morales y normas de comportamiento que, también, se aportan o se reciben.

El problema de la 'educación' en España, de las dos vertientes, es que, en muchas ocasiones, es inexistente. El español medio se precia de ser educado y tener educación, de ser superior a los demás moralmente y en conocimientos (no por nada aquí sabemos de todo; ejemplo claro son los tertulianos de la radio, que igual te hablan de fútbol como de cocina, política, derecho internacional o sobre la última moda en encaje de bolillos), pero la realidad es muy diferente, y al final resulta que, por no saber, no sabe ni atarse los zapatos.

Otro de los grandes problemas de los españoles es que se trata del pueblo al que mejor se le aplica el refrán "ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio". Y esto, unido a nuestra soberbia y autoatribuida superioridad, nos hace criticar a gritos la estupidez del vecino, que tuitea sin poner ningún acento, cuando no nos damos cuenta de que en nuestras mamarrachadas (o en nuestros profundamente filosóficos mensajes) cometemos faltas similares, ignotas para nuestra limitada mente.

Cuando pasa el tiempo y aprendes a mirar, callar y escuchar, te das cuenta de que las afirmaciones universales solamente pueden traernos vergüenza y humillación. Nunca jamás desde hace varios años he vuelto a decir: "no voy a volver a..." o "yo no...", por muy contradictorio que parezca. Me imagino que, como española que soy, habrá veces en que lo diga. Situaciones tópicas, por otro lado, o momentos poco habituales, pero seguro que habrá veces en que todavía diga "No vuelvo a romper la dieta por culpa de un croasán con chocolate".

En esto, por otro lado, se hace necesario distinguir las afirmaciones serias de las que no lo son. No se puede tomar como máxima de vida esa "futurible no ruptura de la dieta", y acusar por romperla al día siguiente. Así uno no podría vivir.

Pero no se puede tolerar que alguien te desprecie porque no vives según sus máximas universales, que te mire por encima del hombro sin saber por qué haces lo que haces, que te juzguen simplemente por un comentario o por una imagen colectiva en la que ya te han encasillado (no hablemos ahora de nuestros prejuicios grupales, porque a veces parecemos gilipollas los españoles en conjunto), y que después te encuentres a tu juez de la moral universal haciendo lo mismo que tanto criticaba y sonriendo cínicamente.

Porque esto, señores, es España. Y eso nadie lo critica, porque en medio de este sistema nacemos, vivimos, nos reproducimos, y nos extinguimos en silencio. Por eso toleramos que nuestros políticos digan cambien de blanco a negro en cuestión de seis meses sin hacer otra cosa que reírnos y publicarlo en esta red que nos atrapa.

Adolezco de fallos generalizados y propios, como todo el mundo, pero al menos yo he aprendido a cerrar la boca y mirarme el mío antes que criticar cómo se sientan los culos ajenos. Así al menos, el día de mañana, tendré menos palabras que tragarme y quizás no me atragante.

sábado, 28 de enero de 2012

Receta de Mousaka

Hoy voy a daros mi maravillosa receta para hacer mousaka. Es un refrito de una receta que encontré por Internet y la mousaka del restaurante griego de Valladolid, el Kalimera.
Antes de nada debo advertiros de que es una receta un poco laboriosa. Se tarda en torno a 2 horas o 2 horas 30 minutos en hacer, y mucho menos tiempo en comerse. Pero suele merecer la pena.
Otra cosa importante para los que, como yo, odian la berenjena es que esta receta no sabe a berenjena. Está muy rica, de verdad. Mi hermana empezaría a decirme que menuda chorrada; si lleva berenjena, cómo no va a saber a berenjena... Pero es cierto. #truefact

Dicho lo cual, ahí vamos:

Ingredientes:
(Con esto se llenó la fuente blanca, y otra algo más pequeña. Lo que hice fue congelar la segunda fuente para la próxima vez, porque con la fuente blanca comen 4 ampliamente)
Para la base:
-1 cebolla y 1 cuarto.
- 4 patatas grandecitas (añadí otra después, que en la foto hay solo 3).
- 1 berenjena.
- 2 bandejas de carne picada de pavo pollo o de pollo. Se puede hacer, si no, con el sabor que cada uno quiera. Para esta cantidad yo calculo que con 800-900 gr. está bien.
- 1 bote de tomates pelados naturales, y en este caso eché ese cuenco de tomate frito también, que había sobrado de una salsa. Es preferible que haya tomate de más, porque se deja que se vaya consumiendo y no hay problema.
Y luego, ya sin cantidades fijas:
Sal, pimienta blanca, orégano, aceite, ajo-perejil (ver la anterior entrada), queso rallado, mozarella, etc.


Para la bechamel:
100 gr. de mantequilla.
100 gr. de harina (si se quiere una bechamel algo más consistente, un poco más).
1 L de leche.
Sal, pimienta blanca y nuez moscada.

Preparación:

Antes de empezar a contar, os pongo el esquema de la mousaka, que va en este orden de más arriba a más abajo:
Queso rallado + pan rallado
Bechamel
Mozarella
Berenjena
Carne
Patatas
Fuente

Entonces, se pica la cebolla finita y se reserva. Se corta en rodajas finitas la berenjena, previamente lavada, y se pone en una ensaladera. Se echa bien de sal por encima y se deja que vaya sudando.

Se deja reposar la berenjena, y mientras se pone a sofreír lentamente la cebolla.

Se le echa sal y una buena cucharada de ajo perejil, que ya sabéis que da muy buen sabor (¡Gracias, Patri! Ahora somos todos adictos xD). Se mezcla un poco la carne picada, se corta y se echa a la sartén. Se le vuelve a echar sal, y se va revolviendo y deshaciendo los mazacotes de carne que se suelen quedar pegoteados.
Mientras se va haciendo la carne, a la que se le echa sal y pimienta blanca, se pelan las patatas y se cortan en rodajitas, que no sean mu finas. Tendrían que tener como 1 cm. O mientras se va haciendo la cebolla. Ahí arriba podéis ver que ya tengo las papas peladitas....
Cuando la carne se ha sellado toda, se echa el tomate frito, y los tomates pelados se cortan en daditos y se echan también. Se echa el caldo de los tomates, NO SE TIRA NADA, se revuelve y se deja al fuego tapado, porque SALTA MUCHO.
Y mientras eso va haciéndose a su ritmo, vamos a preparar la patata y la berenjena. Para terminar lo del tomate quedan un par de toques. Cuando lleva un poquito haciéndose, se le echa bien de azúcar por encima, se revuelve y se deja que siga en ello otros 10 o 15 minutos. Después, se le echa bien de sal, orégano, se revuelve, se baja al 3-4 y se deja hasta que se termine de hacer lo de las papas y berenjenas. Yo lo suelo tener hasta que todo el líquido se consume y queda más o menos solo la carne. Se puede probar a ver qué tal de sal y corregirlo mientras está en el fuego.

Ahora, vamos a freír las patatas, que son la primera capa de la fuente. Antes, se puede dar la vuelta a las berenjenitas y echarles sal también, y dejarlas ahí hasta que se hagan las patatas. En otra sartén se echa aceite, como un dedo, y se van friendo las patatas en tandas.
Lo ideal es que queden como las de la derecha, doraditas xD Pero no pasa nada si se tuestan, porque luego van en la base, en el horno se hacen bien y no se nota la diferencia.
Es importante lavar las berenjenas que estaban reposando con la sal. Si las secas, no saltarán cuando las eches a freír. Si no las secas, tendrás que usar una tapa de sartén como escudo para que no te abrasen.
Pongo el papel absorbente para que no esté excesivamente aceitoso todo. Cuando está frito, se apaga el fueguito del tomate, que ya estará todo consumido para estas fechas (ir revolviendo, y si se consume el líquido, bajar a 1).
Se retira todo del fuego, se dejan reposar las papas y las berenjenas, y se friega la cocina. La vitro, los cacharros, etc. Entonces es el momento de montar las cosas. Como en este momento vino mi queridísimo, pues ya no hice más fotos. Porque me pongo a hablar y se me olvidan las cosas. Puedo cocinar y hablar al mismo tiempo, pero entonces las fotos desaparecen. Pero os haré un esquema.
Soy de las personitas más cutres del universo. Enfin...
Cuando está ya un poco frío, para no quemarse, se cubre el fondo de la fuente con las patatas, intentando que no queden huecos (imagen 1). Recordad que con esto os da para una fuente muy grande o dos medianas, que lo podéis congelar, etc.
Sobre las patatas echáis la carne (imagen 2). Y sobre esto, las berenjenas (imagen 3). El corte muestra el lateral con la bechamel y todo. Cuando está montado, echáis mozzarella por encima.

Y entonces nos ponemos a hacer la bechamel. Se pone la mantequilla en una cazuela a derretirse. Cuando está, se va echando poco a poco la harina, y se remueve para mezclarlo con un mezclador de varillas o un tenedor, nunca una cuchara. Se trabaja eso un poco y se mezcla bien, porque así luego no tiene (muchos) grumos la bechamel.
Después se va echando poco a poco la leche, sin dejar de remover y mezclar. Se echa el litro, y luego un poco de sal, nuez moscada y pimienta blanca. Y entonces se pone uno a remover, remover y remover, durante bastante rato, hasta que está bien deshecha la mezcla. Se va poco a poco volviendo espesa, así que se ve cuándo está hecha porque ha espesado y porque empieza a hervir. Cuando se deja enfriar, se espesa algo más. Este es el momento de probar la bechamel y corregirla de sal, antes de retirar del fuego, porque se puede seguir revolviendo.
PD: si la bechamel tiene grumos, se pasa con la batidora y no se le cuenta a nadie ;)

Cuando ya está hecha, y no sabe a harina, se retira del fuego y se vierte en las fuentes encima de la mozzarella. Así.

Esta es la segunda fuente, de la que os hablaba. Esta vez la bechamel me quedó liquidita, así que se espanzurraba todo un poco al servirlo. Si echáis más harina, se queda más firme (a mí me gusta más así).

Entonces, se espolvorea queso en polvo por encima, un poco de pan rallado, y se mete al horno como a 200º un ratejo. Cuando la bechamel empieza a hacer burbujitas o se tuesta, ya está y se puede servir.

Y así quedó:
Fue una pena que se me olvidara que estaba haciendo fotos, pero al menos hemos salido del paso. Cuando probemos la mousaka congelada, os diré cómo quedó y si está bien para congelar. Bon appétit!

jueves, 26 de enero de 2012

Amistad

A veces me siento como si fuera gilipollas.

El paso del tiempo y las cosas que me han sucedido desde bastante pequeña han hecho que me cueste mucho confiar en la gente. A esto se suma el hecho de que, cuando ya me había cerrado en banda, encontraba a alguien en quien parecía que merecía la pena confiar, lo hacía y después el golpe era mucho más fuerte.

Lo cierto es que en los últimos siete u ocho años no me ha pasado muchas veces, por suerte, aunque sí las necesarias como para que termine concluyendo que la mayoría de las chicas son unas zorras, hipócritas y muy interesadas.

Una amistad es un tándem, donde las dos partes deben colaborar para que se pueda seguir avanzando. Cuando solo uno pedalea mientras que el otro disfruta de los beneficios, el primero termina cansándose, aparcando la bici en cualquier sitio y marchándose andando que, aunque es una actividad solitaria, puedes llevar tu ritmo y si te caes, es culpa solo tuya.

El problema viene cuando, encima de no pedalear, un buen día la segunda parte del tándem echa en cara a la primera que no van a buena velocidad, que no le gusta cómo pedalea o cómo conduce, o que está harta de verle la espalda.

Llegados a este punto, ya me es indiferente cuál sea la excusa o cuál la razón de las disputas. Yo me he cansado de arrastrar tándems que no me reportan más que preocupaciones o desgracias. De buena que he sido a veces, soy tonta. Y parece que no aprendo, después de tanto tiempo.

Luego me dicen que por qué tengo tan baja opinión del género humano, que por qué no doy una oportunidad, o cualquier chorrada por el estilo. Pues PORQUE NO. Porque estoy harta de preocuparme de los problemas de los demás, de desvivirme para que la gente esté contenta, sin preocupaciones, de dar facilidades al resto, que yo ya tengo asumidas; harta de trabajar doble para que la gente obtenga buenos resultados.

Y a cambio recibo ignorancia, acritud, borderías, o incluso silencio. Hace mucho, mucho tiempo que no hablo con sinceridad con alguien de mis problemas. Mucho que no puedo confiarle a nadie mis sentimientos. Y cuando miro hacia atrás y reflexiono, me dan ganas de intentar solucionar cosas solo por tener a alguien con quien contar en las horas bajas.

Pero luego recuerdo el porqué de que las cosas estén rotas y haya que arreglarlas, y decido que es mejor dejarlas como están. Un jarrón restaurado siempre tendrá algún agujero por el que se pueda filtrar el agua. Por eso es tan difícil, una vez se ha roto, volverlo a dejar como al principio.

Y sí, el jarrón es la confianza. Y la amistad. Y muchas otras cosas.


viernes, 13 de enero de 2012

Luego estamos como estamos...

Esto es lo que me he encontrado hoy trabajando. Este texto. Quien sepa algo de latín, lo entenderá. Y quien no, puede imaginarse de qué va...

Taddeo Alderotti, medieval, médico, obra: Consilia.

Con. XIII, De Sterilitate, l. 29 y ss.

Modus autem coeundi est huiusmodi: quoniam vir debet mulierem ad desiderium incitare cum narrationibus delectabilibus coytus et cum amplexibus totius corporis et cum tactu mamillarum et loci qui est inter utramque naturam inferius et cum procuratione ut spermata cito effundantur simul, nam si vir tardat magis muliere, fricet mulier virgam parum, et si mulier tardat magis viro, mittatur digitus iunctus oleo de lilio in orificio vulve et fiat levis fricatio.

"Sin embargo, la forma de hacer el coito es esta: puesto que el hombre debe incitar a la mujer al deseo con la narración de un coito muy placentero y con abrazos de todo el cuerpo, y tocándole los pechos y el lugar que está entre ambos pétalos inferiores y con cuidado de que los espermas salgan rápido a la vez, pues si el hombre tarda más que la mujer, que la mujer friccione poco el pene, y si la mujer tarda más que el hombre, que se meta un dedo untado en aceite de lirio en el orificio de la vulva y que se produzca una leve frotación".

Ale, ale, ya sabéis... Y que luego se atrevan a decir que el latín no mola, o que solamente tiene que ver con la Iglesia...

martes, 3 de enero de 2012

Propósitos de Nuevo Año

Este año, y por primera vez, he puesto por escrito mis propósitos de año nuevo.

El 31 de diciembre de 2012 cogeré esa hoja, los leeré, y espero poder decir que los he cumplido.

Son mis dos únicos objetivos a largo plazo. El resto los tendré que ir cumpliendo día a día, pero estos me van a resultar difíciles, duros, y van a exigir mucho esfuerzo y trabajo. Empezando desde ya.

Hay que ser fuertes. Dadme fuerza.