jueves, 30 de abril de 2009

La cuestión es...


¿Está el vaso medio lleno?

Eso diría un optimista.

¿Está el vaso medio vacío?

Eso diría un optimista.

Pero la pregunta de un novelista sería otra...

¿Por qué está así el vaso?

¿Qué pasó con el resto del agua? ¿Quién se lo bebió?

¿Es realmente agua?

domingo, 26 de abril de 2009

Por fin he comprendido lo que es sufrir una ira que ciega...


Und das passt nicht gut zum Fahren...

martes, 21 de abril de 2009

Hablamos de...

De creatividad. Kreativität.

Y cómo no, igual que haces con la cocacola (sí, yo sí, y conozco al menos a dos personas más), lo agitas, lo dejas reposar, y luego te lo bebes. Y así, lo planteas, lo das vueltas, dejas pasar una noche (donde sueñas que eres Spiderman), y llega el momento de la reflexión.

Decía quien firmaba el artículo de ayer que has de dejar que venga la creatividad en momentos inverosímiles, que salga el inconsciente, que no hagas mucho, que trabajes pero no demasiado, que tengas una vida ociosa, muelle, que así vendrá mejor la creatividad.

Como siempre, yo no estaba de acuerdo. Pero mostrar todas tus dudas, tus desacuerdos, y las desventajas que le ves, es absurdo, porque a) no te escuchan, b) tienes que decirlo deprisa para que te de tiempo a exponer tus argumentos antes de que el no espejo te corte, y c) lo tienes que decir en alemán.

Así me quedé sin poder decir que eso no es cierto, que la creatividad no tiene nada que ver con la no actividad. Los que me conocen, lo saben. Soy una persona activa, MUY activa. Mi vida es un acúmulo de asignaturas, clases extra, gimnasio, salidas, entradas y un sinfín más de cosas que no puedo dejar de hacer. Y aún así, me deja tiempo para seguir escribiendo, creando, sacando un momento en que reflejar todo lo que pasa por mi cabeza.

Muchas veces no son más que notas en mi agenda, breves frases que tratan de, infructuosamente, recoger las ideas magníficas que he tenido. Pero muchas otras sí funcionan, y puedo permitirme el lujo de escribir una obra completa, sea cual sea su largura. O incluso puedo escribir aquí, muy de cuando en cuando (?).

Pero el caso es que la creatividad no me viene cuando estoy vegetando, o cuando estoy sin hacer nada, o disfrutando de la vida (das Leben genissen), sino cuando estoy en plena actividad cerebral, cuando estoy sin parar, trabajando, estudiando, traduciendo. Es en esos momentos cuando mi cerebro lleva dos líneas de acción (acción - reflexión), y empiezo a darle vueltas a cosas, a tener ideas brillantes, a reflexionar sobre esas cosas que quedaron en mi subconsciente y que, a pesar de no llevar vida muelle, salen a flote listas para ser empaquetadas, etiquetadas y enviadas al mundo del arte, sea cual sea.

Y me doy cuenta, precisamente en esa reflexión, de que justo en este tipo de escritos es donde recibo comentarios de la gente. Veo que cuando digo tonterías, nadie me hace ya caso. Pero cuando pienso un poco (sí, es cierto, los adolescentes jóvenes también piensan), y cuando escribo eso que pienso, la gente parece que responde. Y no es a los que oblig amablemente recuerdo que he publicado!

No empecé a escribir para ser comentada, sino porque necesitaba escribir este tipo de cosas. Pero también me gusta escribirlas para alguien. ¿Frívola? Sí, pero con conocimiento de causa. ¿Lingüística? También, que es lo que coharta mi libertad (wir wollen eure Kreativität nicht brenzen).

Al fin y al cabo, de esto aún no vamos a vivir...

domingo, 19 de abril de 2009

Antes de...

Antes de morir...

...quiero hacer (contigo) el amor a la luz de la luna.

...quiero bañarme de noche en la playa.

...quiero leer todo lo leíble, y escribir todo lo que pienso y he pensado.

...quiero contarles a mis hijos lo que me contaba a mí mi abuela, y ver atardecer abrazándolos en silencio.

...quiero hacer la mejor tarta del mundo.

...quiero ver amanecer en Egipto, y mi rostro reflejado en un glaciar.

...quiero ver a alguien comprar un libro mío en Nueva York.

...quiero llorar de felicidad, y morir con una sonrisa.


Antes de morir quiero saber que vivir ha merecido la pena, que lo que dejo es más que lo que traje conmigo, quiero que cada lágrima derramada haya merecido la pena, y hacer feliz a todo el mundo, que la vida de todos sea un poco mejor.

Antes de morir quiero v i v i r . . .





Still talkin' to myself and nobody's home
(Alone)

jueves, 16 de abril de 2009

Verzweiflung...

Se te escapa de las manos, se va, ya no sabes qué hacer, no puedes pararlo. ni sabes tampoco lo que es, y da lo mismo, todo da igual, no improta lo que sea, lo que hagasloqueesdribas, nada importa, solo es el agobio, la frustración, la opresión en el pecho, pinchazos, ya no paras, que está en continuo movimiento. un imparable nerviosismo que no hace más que retumbar en tu interior, no te calmas, ni puedes hacerlo, ni lo intentas. qué más da, tildes, acentos palabras silencios, huecos, vacíos y almas. almas negras y profundas, como simas en medio de la nada, como nadas dentro de los huecos que dejan las almas que se van, como aquellos que ya se han ido, como aquellos que pronto se irán.
y nada, y nada más, y qué más quiere, qué más necesita, qué más hay que hacer para que desaparezca, para que nunca vuelva, y el estanque se calme, para que no haya ondas en la superficie, para que no haya olas en el mar. para que las nubes se escondan tras montañas donde hay simas oscuras con vacíos de almas, donde van las hadas a llorar...

lunes, 13 de abril de 2009

Con todas las de la ley


Cuando te das cuenta de que muchas de las cosas que haces (o sabes hacer) las haces por ciencia infusa, y no puedes explicarlas ni, en muchos casos, repetirlas, empiezas a plantearte cosas.

Por ejemplo, traducir griego. Con los años, y a base de repetir las cosas y de verlas mil veces, he aprendido cosas de gramática y morfología. Con todo, hay muchos (muchosmuchos) textos que he traducido sin saber cómo. Siempre se me dio bien, aunque no era capaz de explicar cómo ni por qué. Hasta aquí bien, claro. Pero si tienes que hacerlo... ¿qué cara pones?!

Entonces comienzas a pensar. Porque no solo es eso, claro, también está lo que haces con el blog, o ciertas cosas que implican objetos electrónicos. Y te preguntas: sí, cierto, me han explicado cómo funciona, me han dado guías, pero cuando me he puesto a utilizarlo, a ponerlo en práctica, me he encontrado con el culo al aire! Entonces, ¿cómo he conseguido que funcionara el contador de visitas? xDD

O lo que es más, ¿cómo he sido capaz de buscarlo y mirarlo sin ayuda??

Y como estas preguntas tienen menos respuesta que el por qué en mi sueño jugábamos a ser gangsters, a mí se me repartían, y acabábamos conduciendo en una especie de cuencos de lentejas (con lentejas) por la Calle Ferrari mientras a nuestro alrededor tenía lugar una procesión de Semana Santa, y me cruzaba con el decano, como tienen menos respuesta que eso, intentaré seguir disfrutando de esta suerte.

¿O maldición?


El por qué los mandos, las minicadenas, los ordenadores, y otra serie de máquinas no me obedecen, mientras que al primer toque funcionan, si es otra persona quien lo toca, por qué mi ordenador hace cosas para las que ni siquiera está programado, y por qué se me descoloca todo cuanto no debería en cuanto entra en juego algún elemento electrónico, a eso responderé otro día.


Si me deja la máquina...


P.D.: tengo que ponerlo, alguien ha accedido a mi blog buscando "tenía pene"

domingo, 12 de abril de 2009

El perdón

¿Cuántas veces pedimos perdón, aun sabiendo que en realidad no lo sentimos?

¿Cuántas veces concedemos el perdón, aun siendo conscientes de que no estamos perdonando?

Sabemos, lo tenemos bien claro, que nadie en esta vida dice la verdad. Todo el mundo miente, como decía una amiga, hasta en cosas en las que no debería. Nadie debería mentir al decir "te quiero" ni al decir "lo siento".

Pero, como siempre, una cosa es la utópica teoría, y otra la práctica.

Por eso me cuesta tanto pedir perdón, y solo lo hago cuando lo siento de verdad. Antes he de admitir que sí pedía perdón en más situaciones, ya no tanto para evitar problemas o para quedar bien, como para evitar un gran disgusto a la otra persona, o para evitar tensiones. Lo hacía incluso cuando sabía que yo no tenía la culpa, que la razón era mía.

Pero ahora ya no. He cambiado, como todo y todos, me he hecho mayor, veo la vida de diferente manera, y creo que no se debe pedir perdón cuando no se siente, o cuando se cree que no debe hacerse. Sí he tenido situaciones en las que se esperaba que fuera yo quien pidiera perdón, cosa que NO he hecho, porque no tengo la culpa. Y porque no lo siento. Yo no puedo prometer a alguien que le perdono, cuando no puedo ni podré olvidar las afrentas, el daño que me ha hecho. Y por tanto, no puedo perdonarle.

Es tan absurdo decirlo como afirmar que mañana el sol saldrá por el oeste. Aún así, siempre hay un mínimo de posibilidad de que suceda, como todo en esta vida. Pero es poco probable.

La solución a la que ha llegado mi cuerpo, mi mente, mi corazón, sin consultarlo conmigo (en realidad es con mucho más inteligente que yo), es a simplemente explicar las cosas cuando no creo que deba pedir perdón. Es muy injusto, mucho, que alguien achaque a tu persona cosas que ha hecho él (o ella, esta lengua...) mismo. Pero más injusto aún, en mi opinión, es pedir perdón sin sentirlo de veras.

Y su concesión... Hace tiempo que nadie me pide perdón por algo grave. Algo parecido a una disculpa lo tuve recientemente, absurdo también, teniendo en cuenta que en el último mes había hecho lo posible y lo imposible para no merecerla nunca jamás. Y no pude concederlo.

Una vez oí que solo en las manos de Dios está el perdón. Tal vez sea cierto, y por eso cuando no se merece no somos, no deberíamos, ser capaces de darlo; o tal vez seamos todos un poquito Dios cuando de verdad perdonamos a quienes lo merecen.

Aunque bien es cierto que el perdón implica siempre una voluntad de cambio. Y eso sí, es imperdonable...

sábado, 11 de abril de 2009

La maldición del bohemio...


- Bueno, en realidad yo trabajo por amor al arte, sabes? Me encanta lo que hago. El problema es que mi casera los domingos me pide la propina. Por eso tengo que cobrar. ¿Entiendes? Yo no querría, pero así es la vida.

- Sí, así nos conocimos. Nos caímos bien, nos gustamos y empezamos a vivir juntas. Fue casi un juego al principio, pero ahora no podría vivir de otra manera. Cuando voy a casa de mi madre echo de menos el ruido de esa gotera.

- Es cierto, te acuerdas de aquella vez, también lo dijimos!! (risas)

- Sí, me acuerdo (cruzan miradas, pero no dicen nada). En definitiva, y para responder a su pregunta, sí, nos gusta mucho vivir aquí, aunque esté un poco escacharrado.

- Somos artistas, ¿no? Se supone que tenemos que vivir en buhardillas o cosas así. Es la maldición del bohemio...

jueves, 9 de abril de 2009

¿Hasta dónde lleva el aburrimiento?




Pokémon Edición Roja 1995 - 1999

miércoles, 8 de abril de 2009

Qué te enseña Asturias en tres días...

Te enseña...


...que las botas de montaña son un calzado comodísimo...




...que el esfuerzo siempre se ve recompensado...








...que los milagros sí existen...