jueves, 19 de mayo de 2011

Ey, hola, qué tal!

Me aburro más que una patata. Así, he decidido que, en lugar de hacerme un twitter de esos del inframundo, voy a convertir mi blog en algo interactivo y quiero que participéis. Ahí va la pregunta:


¿Qué hacéis vosotros para superar el más supremo e insoportable aburrimiento?

Yo juego a Zombie Lane, Geography Challenge, Plants vs. zombies, traduzco latín y hago cosquillas a mi perro.



Pero acepto propuestas, que no me quedan niveles por subir :(



sábado, 14 de mayo de 2011

El cine

Hace ya un tiempo hablé sobre la Ley Sinde y las razones por las que me oponía. Hoy vuelvo un poco al tema porque ayer, después de casi un año, volví al cine.

La verdad es que veo pocas películas y, las que veo, las veo en casa. Es mucho más cómodo, y ya sabéis que a mí me gusta mucho más ver series. Pero ahora se me han acabado todas. Cómo conocí a vuestra madre termina el martes que viene (la última temporada en inglés); Merlín y Dexter habían terminado en torno a diciembre / enero, y True Blood no empieza hasta finales de junio.

Empezamos a ver Roma, ya un poco viejilla, pero se terminó también. Y ahora que estamos ahorrando, decidimos hacer un exceso y pasarnos por el cine a ver Thor en 3D.

La última película que vimos en cine fue Furia de Titanes en 3D también, una de las primeras películas que sacaron. Parece ser que primero la hicieron en versión normal, y luego la tresdizaron, por lo que había escenas buenas, y escenas menos buenas.

Así que lo primero que notamos al colocarnos las gafas (además de que el 3D para los que tenemos astigmatismo no funciona muy bien...) fue la enorme diferencia que había entre ambas películas. Los efectos especiales y la técnica han sufrido un gran avance, que permite lograr que la nieve parezca caer en tu rostro, o que creas que te van a golpear los cachos de hielo que saltan hacia todas partes.

Esto ya lo había antes en otros formatos de cine (IMAX?), pero no en el cine 'de a pie'. Las entradas, en un cine bueno (este), por ser en 3D nos costaron 9 euros a cada uno con gafas incluidas, cosa que no hacen en otros cines, que las cobran (como el UGC Ciné cité de Equinoccio). Por tanto, 9x2= 18 euros por ver una película; esto es, 3000 pesetas de las antiguas (yo cuando era peque e iba al cine costaba 500, solo un dato).

El veredicto final: mereció la pena. De hecho, en cuanto saquen la de X MEN nueva, iremos también a verla en 3D, porque tiene una pinta impresionante. ¿Por qué, teniendo la posibilidad de descargar estas películas, vamos a verlas al cine?

Los efectos especiales del 3D son insustituibles, y los trailers dejan muy buen sabor de boca. Argumento, técnica e imagen llaman la atención, y merecen la pena gastar un poco más por verlo en cine.

Sin embargo, la cuestión es la película, no el cine. Hoy en día, la industria cinematográfica debería comenzar a pensar en adaptarse. Hay muchos efectos especiales, muchos avances en tecnología y lo que ellos quieran, pero una película cuyo argumento deje que desear no la iré a ver al cine aunque esté en 7D. Ni de coña.

Ahora lo que necesitan es aprovechar el filón de argumentos que enganchan para que los espectadores volvamos al cine. Poco a poco, la gente irá volviendo y el precio podrá bajar un poco para abrir de nuevo este mercado al gran público.

Todos echamos de menos, sobre todo los que viven de ello, salas a rebosar y cines con grandes colas; pero no se puede pedir que una mala película atraiga a mucha gente, que el público no es idiota.

Si he de gastar en algo hoy en día, será en cultura. Pero de verdad, no de esa que copiotea carteles para anunciar una mierda sacada de otra mierda.

Y si algún cineasta en busca de un director bombazo que le saque de la miseria lee esto, que se ponga en contacto conmigo, que le daré algunas buenas ideas para el futuro. Nuestro cine necesita una renovación para demostrar lo bueno que lleva dentro. Por mi parte, tiene un pequeño voto de confianza. Pero debe darse cuenta de que, a la vista de lo hecho por los Estados Juntitos, nos queda un largo camino por recorrer.

martes, 3 de mayo de 2011

The Lone Croquette

No hubo cruce de miradas, no aquella vez.

Sabía a lo que iba.

Perdía sus ojos en el horizonte, aunque se sabía observada. Con temor, con reverencia, con la vana esperanza de que pasara de largo, de que ignorase que estaba allí.

Ilusa, no tenía nada que hacer, ningún sitio al que ir, ningún lugar en el que esconderse. Y nadie, nadie que le ayudara.

"¿Acaso pensaste que te escaparías?", susurró.

Un paso más cerca.

"Te engañaste".

La agarró.

"Debiste imaginar que a estas horas tendría hambre...".