domingo, 28 de marzo de 2010

Las aguas derramadas



No me gusta escribir cuando no me sale nada automáticamente.

Pero me gusta mucho menos ver el blog tan soso y vacío.

Tengo muy poco tiempo, al menos en estos tres próximos días será así, pero me da tanta pena...

Soy demasiado sensible, y una patosa. Casi vuelvo a tirar el vaso, y sería la tercera vez, segunda en una semana. De cualquier modo, se ha quedado en casi.

Menos mal.

De momento, un desideratum. Buena caza...

P.D.: después de ver el trailer en castellano, me gustaría EXIGIR que las películas se pudieran ver en versión original. Joder, ¡qué diferencia!


jueves, 25 de marzo de 2010

Recomendaciones para hipertensos

Mi vida no es apta para gente con la presión arterial alta, ni tampoco para gente nerviosa. Y cada día menos.

Por eso tengo esto un poco abandonado. A cambio, como sois todos buenos lectores, educados y correctos, voy a presentaros a una joven, a la que conocí por el blog de otro joven, para que las todavía frías tardes primaverales se os hagan un poco más cálidas.

Su blog me encanta, y supongo que a ella también le haría un poco de ilusión (como a todos, imagino) saber que tiene tantos seguidores.

Pero es peligrosa. Engancha.

P.D.: para caralibroadictos, también hay un grupo del que hacerse.


Yo también acabaré haciendo esto algún día...

domingo, 21 de marzo de 2010

"El profesor perfecto echará con mayor seguridad los fundamentos de su arte y lo que el niño vaya aprendiendo no deberá reformarlo ya nunca; y en segundo lugar el profesor cabal, que domina todos los problemas de la disciplina, debe hablar con las palabras más claras, más sencillas, más expresivas y más acomodadas a la situación del alumno, porque sabe plegarse a la condición en que se encuentra el joven que llega a su clase. Por el contrario, el profesor mediocre, que comprende las cosas a medias, o que no tiene conocimiento cabal de todo el arte de la retórica, o carece de cualidades docentes, fácilmente ahuecará la voz, y empleará giros y expresiones que a la vez que aparentemente le dan prestigio, son los más sublimes disfraces de su ignorancia." (Sobre la conveniencia de enviar a un alumno a un profesor de alto nivel, o dejar que vaya avanzando de los más mediocres a los más excelsos).

Ya voy preparando mi odio y mi desprecio, ya voy llenando vasijas de lágrimas, para que mis ojos estén secos, cuando todo haya acabado.

Buenas noches, Clarise...

Se relamió, mientras lo miraba con ojos lascivos. Ladeó el rostro, y de sus labios entreabiertos se escapó una risita. Miró hacia ambos lados, de reojo, como divertido por su travesura, y se acercó a su víctima.

Por la ventana entraba aire frío, era una oscura mañana de invierno, en el invierno del noventa y tres. Temblaba, tal vez de miedo. Pero él no dejaba de reír, entre dientes, muy bajito, para que nadie le oyera.

Apenas les separaban un par de pasos cuando él sacó el cuchillo. De sierra, reluciente, su borde aserrado capturaba los débiles rayos del sol de invierno, reflejando el temor rojo.

Y sucedió.

Salió de la habitación con las manos en los bolsos y la boca llena. Solo quedaba un pequeño rastro de su maldad en la comisura de los labios. Se relamió, y rió entre dientes. Después corrió escaleras arriba. Daba igual que ya le oyeran.

jueves, 18 de marzo de 2010

¿Es la verdad absoluta o relativa?

Lo primero he de decir: OMG!!! Es decir, si no estuviera ya sentada, me habría caído de culo. Uno, porque me ha firmado alguien a quien (creo) no conozco, y porque me ha llamado por mi nombre. Tengo una pequeña teoría, pero me la reservaré para otro rato. Solo pedir que mi nombre siga oculto. Es una mera cuestión administrativa, pero aquí dejo de ser esa... (Edit: me parece que no tengo ni pajolera idea, pero bienvenidos a todos los nuevos, me siento realizada y feliz cual perdiz, que se ha comido a la codorniz, que apesta a regaliz).

Edit bis: SOY un RETRASO. :)

La segunda razón, aunque esa ha sido menos sorprendente, es que yo puedo resultar antipática, o puede que algunos piensen de mí que soy una imbécil redomada. Y borde, no se lo niego. Soy sosa, borde, y a veces un poco lenta. Pero siempre, siempre, SIEMPRE, habrá alguien que sea MUCHO MÁS GILIPOLLAS que yo. Pero con mayúsculas. Y no lo pongo más grande porque no me apetece. Pero podría.

Hoy siento mucho aprecio por alguien a quien estoy deseando leer, aunque la teoría sobre él sea bastante aburrida. Estimado Juvenal, me estoy convirtiendo en la eterna cabreada :D

Pero me lío, citaré textualmente del DRAE:
Mentir.

(Del lat. mentīri).

1. intr. Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa.

2. intr. Inducir a error. Mentir a alguien los indicios, las esperanzas.

3. tr. Fingir, aparentar. El vendaval mentía el graznido del cuervo. U. t. c. prnl. Los que se mienten vengadores de los lugares sagrados.

4. tr. desus. Falsificar algo.

5. tr. desus. Faltar a lo prometido, quebrantar un pacto.


Decir que no pienso en nadie concreto cuando hablo así, ¡sería mentir! Y yo tal vez oculte cosas, pero suelen ser las que a nadie interesan o a nadie pueden aprovechar. Sin embargo, cuando se hace una pregunta directa, y el interpelado evade la respuesta, da nociones vagas, o responde algo opuesto a la realidad, está mintiendo.

Llevo ya tiempo intentando ser Suiza, convertirme en alguien neutral, que se limita a ir, hacer su trabajo, venir. Fin. Y ver Perdidos, pero eso es otro asunto, claro. Sin embargo, a veces me cuesta recordar que la gente tiende a ser mala, sobre todo en estos lares, a ocultar cosas en beneficio propio, o en perjuicio del resto, y que son malos de verdad. O de puro egoísmo, tontos.

Y no hay cosa que más desprecie que la estulticia. Puedo pasar si alguien lo es por naturaleza (sin ofender). Uno no se puede enfadar por aquello que algunos se perdieron el día en que repartían cualidades. El que es feo, lo es, y punto. Y el que es tonto, a esforzarse más.

Sin embargo, aquellos que, siendo bastante mediocres, pretenden darse ínfulas de grandeza, pretenden engañar al diablo mismo, y esconder cuanto a la vista está, merecen el más vil de los desprecios. Es más, merecen ser escupidos y pisoteados hasta por la última escoria del mundo, o sea, moi.

De cualquier modo, sabéis ferpectamente que yo no doy nombres. Así que hoy, tan liada como estoy con mi amigo Propp, me limitaré a decir que no puedo más que reírme de quien, además de imbécil, no estuvo el día en que repartieron belleza en la tierra.

Tengo que mejorar esto, algún día me dedicaré a la sátira de todo corazón, y rebosaré hiel. Hasta entonces, me contento con estornudarla.

martes, 16 de marzo de 2010

Sine potestatem nulla res

Debo pedir perdón, y dar la bienvenida al último, a todos mis lectores. Podría contarlos con los dedos de las manos, tal vez también los pies, si soy algo optimista.

Sin embargo, es precisamente ese orgullo el que debo desterrar. Y debo pediros perdón porque por circunstancias circunstanciales y marcadas, el tiempo y el espacio no me han permitido escribir todo lo que querría, y me han terminado obligando a escribir como NO quería. El caso es que las últimas entradas son una mierda.

Parafraseando libremente la opinión de un docente sobre un trabajo mío (y tomándome la libertad de traducirlo a lenguaje actual): que bueno, hija, que no vale ni pa' limpiarte el culo con ello.

Tal vez tendría que haberlo quemado, o borrar las entradas, sobre todo cuando tengo 0 comentarios. Pero no lo voy a hacer.

a) Porque soy una vaga.

b) Porque es la forma más absurda de perder un concepto que podría interesarme recuperar con el paso de los años.

c) Porque de los errores se aprende, y no hay mejor método de incitación a la mejora que la humillación.

Derrota a tu enemigo con clemencia, y lo perderás para siempre; humíllalo, y jamás te librarás de esa guerra.

Cuando la gente no tiene ni una idea aproximada de las cosas, debería coser sus babosos labios de silicona, y tragarse la lengua hasta que pueda limpiarse el culo por dentro. Si no, corre el riesgo de encender un fuego que, tal vez, no pueda apagar.

Si los deseos se cumplieran, qué pocas cosas quedarían vivas.

Gib mir Kraft!

lunes, 15 de marzo de 2010

In animo lectio insculpta...

Yo, que conocí el Caos, que viví entre los intrincados reveses de la vida misma, que jugaba a la rayuela con Muerte y Sueño.

Yo, que tiempo ha fui capaz de ver completo el blanquinegro tablero de nuestra particular batalla, a quien nunca se ocultó la posición de un peón - o de una reina -, para quien lo único oculto era aquello que no quería ver.

Yo, que supe qué, cuándo y cómo, con quién, por qué y con qué finalidad, auctor et dux, calmada y serena, dueña de una absurda ataraxia.

Yo, que me conocí y pude controlarme, ahora, no soy yo.

¿Y qué soy, sino una vaga sombra de lo que fui, un títere sin cabeza, una marioneta rota que yace en el fondo de un proscenio abandonado, cubierta de polvo y desechada, inerte, inerme, y ya sin vida?

Polvo soy, mas polvo enamorado.


sábado, 13 de marzo de 2010


A veces me pregunto cuál sería la combinación del más absoluto patetismo con la desesperación en persona.

A veces se me olvida que ya sé cuál es la respuesta.

sábado, 6 de marzo de 2010

Aquellos pétalos habían perdido su color rojo hacía ya mucho tiempo, antes de que el suave otoño diera paso al rigoroso invierno. Habían yacido esparcidos sobre los adoquines de aquel parque durante meses, hasta que un viento más fuerte los arrastró al agua del lago.

Habían tratado de mantenerse unidos, sabedores de que nadie más podría comprender su desgracia, pero pronto se habían dado cuenta de que iba a ser imposible. Y de forma inmisericorde, las corrientes submarinas se los llevaron, alejándolos de aquel banco en el que una tarde, hacía ya mucho tiempo, un joven había dejado caer la rosa de la que venían. Y la había pisado hasta convertirla en un amasijo de pétalos rotos, igual que sus lágrimas habían convertido en una masa informe lo que hasta entonces había sido un corazón.

Y el viento los lanzó al agua, y el agua los separó. Y aquel banco suspiró en silencio, porque no podía llorar al amor que una tarde había visto morir a sus pies. Y los árboles siguieron creciendo, y el viento arrastrando pétalos, muy lejos, hacia el mar.

jueves, 4 de marzo de 2010


Acarició su rostro dormido, sus mejillas sonrosadas, y la abrazó, en un vano intento por protegerla del mundo. Cerró los ojos, mientras una lágrima fugitiva escapaba de s
u ojo sano.

¿Cómo podría ella, algún día, explicarle lo que acababa de suceder? ¿Cómo podría explicarla alguna vez...? Un mechón se desprendió sobre su rostro, y no se molestó en sujetarlo.

Sollozó en silencio, consciente de que ese momento llegaría, consciente de que el dolor tal vez fuera demasiado difícil de soportar. Y contuvo un fuerte grito en su garganta, y la abrazó. Era lo único, lo mejor que podía ofrecerle. Tratar de llenar el vacío, tratar de ocultar aquella incesante oscuridad que amenazaba la existencia de...

Cubrió sus labios con una mano, y miró hacia otro lado. Jamás tendría que haber sucedido así, jamás tendría que haberlo permitido... Pero ahora el sol se ocultaba en el horizonte, y su cuerpo fatigado no podía ya más.

Se acurrucó, intentando dar calor al cuerpo que yacía junto a ella, intentando protegerlo de todo mal, intentando escapar de sus recuerdos, para nunca tener que explicar...