viernes, 20 de febrero de 2009

La ventana. Relato erótico.

Dio un sonoro portazo. Aun seguía de espaldas a la habitación, no había querido mirar en qué lugar había decidido sentarse, o tumbarse si es que esa había sido su elección. Inspiró profundamente una, dos, tres veces, en un vano intento de apagar la pasión que crecía dentro de sí. Sabía que esta vez era distinto, que esta vez no debía controlar el instinto animal que le surgía al estar cerca de ella. Sabía que esta vez no se iría con ese dolor interior por saberse alejado del cuerpo fruto de sus más oscuras pasiones.

Esa noche dormiría tranquilo, quién sabe si sintiendo a su lado la pausada respiración de aquella felina, quién sabe si, en medio de la noche, alargaría un dedo para dibujar en la oscuridad sus curvas de mujer. Solo sabía que esa noche no volvería a descargar su frustración contra la almohada, sintiendo la impotencia del vacío a su alrededor.

No ahora, no ahora que había superado la barrera de la impudicie, de la ética y de la moral; no ahora que había logrado que le concedieran ese preciado tiempo en que desgastaría lo vivido, en que haría que olvidase otras manos, otros tiempos, ese tiempo en que engarzaría en su mente aquellas perlas que eran sus dientes, aquellos pétalos de rosa que tenía por labios, cuando grabaría a fuego en su mirada los pechos con forma de lágrima, tan perfectos, tan blancos, tan suaves, tan acariciados por otros desconocidos.

Apoyó la mano en la puerta, sobre el frío metal, y ansió saborear el pequeño monte femenino, buscar la pequeña rueda de placer que la haría elevar sus caderas, esas que él aferraría con fuerza antes de aproximarse, lentamente al principio, más y más deprisa al final. Tan rápido como su sangre se lo permitiera.

Respiraba agitado, incapaz de contenerse por un segundo más. Volvió entonces su mirada y suspiró. La luz de la luna se colaba a través de las cortinas, agitadas por la brisa nocturna. La ventana estaba abierta; la habitación, vacía. Ella había recuperado su libertad.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El abrazo


Cuando a menudo resbala una gota fugitiva por mi cuello,
cuando son tus besos los que despiertan mis sentidos,
cuando es tu pelo el que acaricia con suavidad mis labios,
cuando somos nosotros los que perturbamos al silencio,
cuando, en fin, soporto con ansia tu peso,
es entonces, solo entonces, cuando toco el universo...

domingo, 15 de febrero de 2009

El circo de los horrores.

¿Has perdido el rumbo?

¿No encuentras tu lugar?

¿Sientes que no encajas,

que algo en ti está mal?

No lo pienses más, entre nosotros cómodo estarás.








Bienvenido al Circo de los Horrores...

martes, 3 de febrero de 2009

Super Mario: el porqué. (9 de Julio)


Todos hemos jugado, de pequeños o mayores, a este gran juego llamado Super Mario. Supongo que, como yo, podréis perfectamente recordar el mítico empiece del juego: la primera interrogación dorada, el primer champiñón que había que pisotear... Sí, todos hemos pasado grandes ratos jugando al Super Mario.

Y ¡cómo olvidar el final de cada pantalla! Durante cada nivel de los cuatro mundos te esfuerzas para conseguir las monedas, matar a tus enemigos, y llegar rápidamente al final para, cogiendo carrerilla, saltar hacia la bandera. Porque todos recordamos esa bandera, por supuesto.

El enhiesto mástil de la victoria que esperaba allí, al final de cada pantalla, para que nosotros lo coronásemos con nuestro salto. Aunque no siempre llegábamos. Solía pasar que, algunas desafortunadas veces, resbalábamos un poco y caíamos al suelo sin llegar a una puntuación alta. Entonces podías comprobar que, efectivamente, era posible traspasar el mástil de la bandera y caminar traspasando el castillo. Pero habías de volver y saltar hacia la bandera para dar por terminada la pantalla.

Y hecha estaba: saltabas, te daban puntos, y hacían recuento de tus monedas y bónuses varios. Entonces llegaba lo mejor: los fuegos artificiales o, como yo los he llamado siempre, los fueguitos. Cuánto nos gustaba conseguir, al menos, que uno de esos fueguitos brillara en el cielo; porque eso indicaba que, no sólo lo habías hecho bien, sino que lo habías hecho MUY bien.

Pero todo esto no es en balde, quiero decir, este juego no es tan ingenuo como parece a simple vista. Desde pequeños nos esforzábamos, sin saber su función real, en conseguir esos fuegos como fuera, llegando incluso a sentirnos un poquito frustrados si no los lográbamos, prometiéndonos esforzarnos más en la siguiente pantalla para conseguirlos.

Centrémonos en esa bandera, en ese objeto de culto que todos queríamos coronar. Porque, ¿cuál es su significado oculto? Símbolo fálico en todas las culturas, se ha utilizado siempre para indicar que una tierra estaba conquistada, que un lugar tenía dueño. Pero aún hay más.

Hay algo con que claramente podemos relacionar la bandera del Super Mario: el orgasmo femenino. ¿El orgasmo femenino?, se preguntarán algunos. Sí, queridos, el orgasmo femenino. Así, repetido tres veces, parece que se nos hace algo más familiar, porque es el gran desconocido.

Ahora bien, ¿en qué se parece la bandera de final de pantalla a nuestro amigo? Podemos empezar a clasificar los tipos, ya que, evidentemente, tú, el jugador, serás Mario. Digamos pues que Mario se esforzará más o menos durante la pantalla (preliminares) consiguiendo más o menos monedas, esquivando o acabando incluso con sus enemigos (padres, horarios, lugar...); así obtendrá su puntuación al final. Pero no adelantemos acontecimientos.

Después de una dura batalla en la pantalla, Mario llega al fin a la cumbre, llega a la cima, pero le resta lo más difícil: la bandera. Puede ser un jugador poco hábil y, tras saltar, pasar de largo de nuestra particular bandera, o saltar muy bajito y conseguir 100 puntos. Así habrá pasado la pantalla, pero raspadillo, y lo tendrá más difícil en la siguiente pantalla.

Podemos encontrarnos también con el avispadillo que, aun esforzándose, no logra alcanzar más que la mitad del mástil. Está bien, eso es algo pasable. 1200 puntos no es un mal record, pero suelen quedarse ahí, y nunca tratan de superarse. Total, ¿para qué?

Y llegamos ahora ya a los buenos jugadores, a aquellos que llegan casi ya a lo más alto del mástil. Éstos son aquellos que han luchado bien en la pantalla y que, al final, han sido hábiles y han llegado casi hasta arriba, es decir, 2000 puntos; lo cual está muy bien. Pero les ha faltado la recompensa final.

Ahora bien, esta vez sí tratamos con profesionales. Un aplauso para aquellos que consiguen el 5000. Ese sí es el premio gordo. Además de hacerlo bien antes, también durante, llegando a obtener la máxima puntuación con la banderita. Lo consigues, llegas allí, y sonríes feliz al ver que tu Mario ha conseguido lo que querías. Y aún hay más.

Porque allí, cuando ya creías que habías conseguido todo, logras la mejor recompensa que hayas podido esperar, pues en el cielo azul sábana de tu mundo ves brillar uno, dos, tres fueguitos que te iluminan el día. Y sonríes ampliamente pensando que ya lo tienes. Y así pasas a otra pantalla, a otro mundo, con la sensación de que sí, que esta vez lo has hecho bien.


Eso sí, esa es la parte (casi) fácil, que con práctica eso es alcanzable. Lo jodidamente difícil es conseguir a la Princesa. Así que ánimo, y práctica, sobre todo práctica. De Princesas ya hablaremos otro día con tiempo y ganas, porque son otro mundo ;)

Un paso más (29 de Septiembre de 2008)

Coca cola fría para el dolor de muelas, no poder agacharme (porque me mata la presión en la cara), apuntes, deberes, un examen precurso del que falta la segunda parte, historias, cuentos, más musas, menos tiempo, más besos, menos bolis, más café, menos comer en casa, más vivir fuera, más trabajo, menos aburrimiento, técnica, comedia, indoeuropeo, teorías, literatura, teorías de literaturas, comparaciones, historia(!), civilizaciones, aculturación, paleógrafos (pero en el futuro), textos, Vitrubio y Apicio, componer, reír, entrenar, sudar, idimas raros, profesores nuevos, mayores, jóvenes, y viejos, compañeros nuevos, un erasmus, Goethe (dicho Guete), sola, acompañada, exámenes, falta de ellos, práctica, mucho estudio, muchas ganas...

Desmayarse, atreverse, estar furioso...

Recordandos para escribir...

Ahora escribo teatro, y en mi tiempo libre estudio. Así que no tengo apenas tiempo de venir aquí a ilustraros con la divina inteligencia de mis inquilinos o con otras mamarrachadas que se me ocurran. La realidad es otra bien distinta, porque tiempo tendría, pero no tengo medios, que vuelvo a estar sin ordenador. Pero sigo teniendo grandes ocurrencias. Así que apuntaré un par de cosas que me quedan por contar, a saber:
  • Cuando NO = sí, hazlo, sabes que quiero que lo hagas.
  • Mario Bros II Parte, aunque segundas partes nunca fueron buenas.
  • Medea, Medás, Medó. Mi práctica final.
  • Y otros.

Así que para otro día sigo. ¿No?