miércoles, 27 de mayo de 2009

Paradigma formalista (sin entrar al contenido)

Me dejo llevar por las aceras

cuando en silencio el odio mis pasos guía,

dejo que me apague el mediodía,

sin saber si te has ido o si me esperas.

Y me da igual si me dicen o me cuentan,

si se callan, me insultan o doy pena.

Sé que soy algo distinto y diferente,

veo el control, absoluto, de mi mente.

Hay días en que lo mejor es no pensar, actuar por inercia. En que lo mejor es decirse a uno mismo, y en silencio, que todo sirve, todo vale, todo tiene un objetivo. Que el karma, el destino, dios o Buda, ajustarán cuentas algún día, aunque la costumbre haya limado asperezas, y la educación sellado nuestros labios con Buenosdías, Salud, y mierda.

Nos hundimos todos en la hipocresía de los culpables, cómplices de esos cínicos con suerte, que dedicaron su presente a joder el futuro a otros. Y nos rebozamos en nuestros propios desperdicios. Como dice alguien a quien he citado ya dos veces,

At contra nobis caenum taeterrima cum sit

spurcities, eadem subus haec iucunda videtur,
insatiabiliter toti ut voluantur ibidem.

"Y al contrario, el cieno, que para nosotros es la más asquerosa inmundicia,

resulta agradable a los cerdos, que en él no se cansan de revolcarse."

Y aún así, nos vemos obligados a privarles de su mayor placer, metiéndonos hasta el cuello en tal lugar.

Y aún así sonreiremos como idiotas, y daremos hasta las gracias, cuando aquellos imb, congéneres nos miren desde arriba, olisqueando (y envidiando) el fango en que nadamos.

Gaskammer für Alle

2 comentarios:

Morgana Majere dijo...

Me voy a comentar yo, que para una entrada que me gusta, va y nadie le hace caso...de verdad... Qué mal me sienta estar de exámenes...

Sergio dijo...

La inercia no mola, y eso de rebozarse con despercios es una guarrada.


He dicho.