sábado, 1 de diciembre de 2012



El foco ilumina sus larguísimas piernas. Enfundadas en unas medias de rejilla, dejan a la vista medio muslo, enlazadas con un hermoso liguero oscuro que realza su vientre y sus sensuales curvas. 


Con un relajado movimiento de su hombro deja deslizar por su pecho la tela transparente que ocultaba su mirada. 


Arquea la espalda en la silla, balancea su larga melena, y no quita de ti sus ojos salvajes que prometen silencio, anhelo, el mundo. 


Sus tacones amenazan guerra con cada paso que la acerca, con cada golpe sientes su aroma y su pasión, con cada parpadeo tu sangre parece dejar de fluir. 


Pasa despacio su lengua por tus labios, apartando esas manos que tan solo quieren atraerla, y te tumba sin dudar. 


Es una gata que trepa por tus piernas, la marea que se aprieta contra tu pecho, un cálido aliento en tu cuello, un dulce caramelo entre tus labios. 


Te cubre los ojos de terciopelo y libera tus manos de su misterioso abrazo. Y con un susurro y un escalofrío despiertas a la oscura soledad de tu dormitorio. 




No hay comentarios: