jueves, 22 de noviembre de 2012

Aferro con mis manos frías una taza de té ardiendo. Menta y miel. Soy como una mala hierba, nunca muero. Nunca desaparezco del todo. Nunca termino de disiparme en esa niebla que envuelve mi vida y que oculta mis secretos. Me han visto aquí, allí. Con un nombre u otro. Con un rostro, una máscara, con un disfraz que no es mentira y que revela más de lo que tapa. 

He visto cosas que os darían miedo. He vivido, he muerto, he resucitado. He olvidado lo que es dar con las manos llenas, amar una caricia y un suspiro. Ya no recuerdo las lágrimas heladas que se convierten en cristales de miríficas formas que transforman la luz en mil colores. 

Pero he vuelto. Como vuelven siempre las golondrinas en primavera. Como vuelven siempre los sueños a nuestra mente dormida. Como vuelve siempre la muerte cuando ya hemos olvidado su última visita. Y quizás no me vaya nunca. O tal vez sí. Nadie lo sabe. 


S. 

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