martes, 8 de marzo de 2011

De modernos, vicios y otras virtudes.

Si hubiera sabido que mi última entrada iba a causar tanto revuelo, la habría escrito antes. Es interesante ver cómo se establecen discusiones en el blog, porque para eso entramos en la blogosfera, para vertir opiniones que, en nuestro más profundo interior, deseamos que levanten polémica.

Esta polémica puede venir por esperar un "qué bien escribes", "qué bien vives", "qué guapa eres", o "qué sexy estás". Pero también puede ser un aluvión de críticas, constructivas y con respeto, por supuesto, de gente que se despierte de su pasotismo e inactividad con nuestras palabras.

No estoy acostumbrada a tanto éxito de comentarios (memolo, meencanto), sobre todo cuando viene porque esto no se ha entendido bien. Culpa mía, por supuesto, que no expliqué claramente a qué tipo de modernillos me refería.

Awi, no sé si habrás leído el artículo de la Frikipedia en su totalidad, pero - si bien yo comulgo con sus palabras, y es bueno reírse de uno mismo - ahora aclararé a qué me refiero con "esas modernas de mierda", porque precisamente tú eres una de las que no se tendría que sentir molesta.



Normalmente, nadie tiene que hacer declaración de principios antes de ponerse a escribir cualquier cosa en el mundo de Internet, puesto que se parte del presupuesto de que vivimos en un país libre con - hasta cierto punto - libertad de palabra.

Sin embargo, antes de ponerte a escribir como un poseso, relatando tus hazañas y colgando tus fotos en HD, contándole al mundo hasta el número que calzas, CREO que es necesario hacer un poco de reflexión.

Seré breve. Hoy, con un clic, nos conectamos a cualquiera que esté en Internet. Esto es una ventaja, pero también un gran inconveniente. No voy a ahondar sobre tantas y tantas noticias sobre chicas a las que extorsionan a través de redes sociales para conseguir fotos de desnudoos. Y este no es el único problema. Hace no mucho, en mi carrera, una chica que ni pincha ni corta se llevó una enorme bronca de una profesora, porque otra tercera chica, que escribía bajo seudónimo, había puesto a dicha profesora a caer de un burro, y la susodicha profesora lo había leído.

Claro, entra ahí la pericia del escritor, que puede criticar de tal manera que la identidad de sus criticados quede en secreto. Como decía en su día Juvenal, autor al que adoro (hay quien reconocerá en la sátira un género afín a sus gustos, otra casualidad, ¿te das cuenta?), yo no critico personas particulares, sino vicios. Por eso no pongo nombres. Por eso no se puede trazar el perfil de una persona concreta tras las "modernas de mierda" a las que esta vez criticaba.

Sin embargo, y como con él sucedía, esos vicios sí están representados en la vida real por gente tangible; gente que, evidentemente, me sirvieron de modelo para criticar actitudes que tan extendidas están ante la vida.

Esto podría haber servido de ejemplo a la actitud hacia la que yo quería expresar repulsa, si se hubiera dado el caso.

A mí, personalmente, me es indiferente qué música escuche la gente, qué ropa se ponga, de qué color se tiña los pelos del bigote o si utiliza desodorante con olor a jamón serrano de Carrefur. Me la suda. Es algo tan sencillo que me parece absurdo tener que decirlo.

Como decía La niña de las naranjas, "Cuando te expones, como lo haces en el blog, porque es eso lo que hacemos al publicar en un blog: exponernos, estamos haciéndolo a un público inabarcable (de tu pc al mundo, por muy grandilocuente que suene). La mayoría de quien te lee -me incluyo- no sabe cómo es tu vida, no sabe de tus progresos ni del esfuerzo que has invertido. No saben/sé a qué te refieres con este texto y no pueden hacer un comentario más allá de lo que publicas."

Soy consciente de ello, precisamente por eso esta entrada no va para mis amigos. Sin embargo, y bastante realmente, la gente que lee habitualmente mi blog (salvo en San Valentín, claro) es gente que me conoce directamente muy bien. Y de hecho, cuando no saben de qué va, me lo preguntan. Esta entrada va a aclarar un punto importante, porque sería muy cínico dejar que, si acaso hay gente de fuera que me lea, se piensen que pertenezco intelectualmente al colectivo que critico.

Porque ahí está el quid de la cuestión. Si a mí me es indiferente qué ropa, qué música les guste (y te diré, Awi - ¿te importa que te llame así? - que yo también uso ropa de H&M, y creo que tengo una canción de Franz F., que escuché hace años en Asklepios), ¿por qué critico a los modernos?

Porque representan una actitud. Y me da igual que esa actitud absolutamente intolerable se concretice en una camiseta cutronga y barata del H&M porque no da para más, que en una chaqueta aparentemente vieja, pero que ha costado 250€ porque su papá tiene pasta en el banco.

Esta gente, estos modernos de mierda, son todos los que se creen que por escuchar al Franz ese, o que por llevar gafas de pasta sin cristales, o que por separarse los dientes, van a pertenecer ya a un colectivo superior a todo el mundo, a una especie de elite intelectual que flota por encima de los vulgares y que les lleva a una especie de Nirvana poético donde ellos serán las musas de todos, y se convertirán en objeto de deseo de todos los que están por debajo de ellos.

Y esto, por supuesto, les lleva a creer que, solo por vestir así, ya son buenos poetas. A mí la poesía, como versos y todo eso, si no me lo explican, me da alergia. He odiado toda la vida que me mandaran leer un poema para trabajar sobre él. Sin embargo, si lo leíamos y comentábamos más relajadamente, o si lo leía yo por mi cuenta, a veces me impactaba mucho más.

Me gusta cómo escribes, y creo que ya te lo he dicho, Awixumayita. Por eso supongo que entenderás que me cabree que gente que comete faltas de ortografía y puntuación en sus textos, solo porque les hayan publicado en una fanzine desconocida y porque ahora sean 'superguaysdelparaguay' porque llevan gafas de pasta, pongan una ristra de méritos altamente cuestionables en su blog y se crean a la altura de los grandes.

Eso es lo que me jode. Me da igual que vistan como vistan, pero me parece indignante y muy risible que se piensen que valen para algo más que para ser gente mediocre. Desgraciadamente, el mundo no tiene espacio para mucha gente que vale a la vez; unos son buenos, otros son malos, y la mayoría terminarán siendo mediocres. Cuando alguien joven y con talento comienza a ser reconocido y, sí, lo digo por ti, me parece vergonzoso que a su lado haya otro que presume en voz alta de lo mucho que sabe, de lo mucho que vale, y encima de lo guapo que es, cuando en realidad no sabe nada, no vale nada, y es un orco de Mordor.

Si siguiera escribiendo, podría llenar hojas enteras de bilis hacia este "colectivo" de gentuza, porque ya me estoy quemando. Como podrás ver, la entrada no iba dirigida a ti ni mucho menos, ni a la gente que de verdad disfruta con esa música.

Mis modernos de mierda eran esos falsos que desvirtúan el aspecto y su personalidad, y la transforman para dárselas de divinos. Si alguno de vosotros está en contra, que lo diga. Todavía no conozco a nadie que apoye de tal manera la hipocresía que apoye a esa gente.

Y, como última nota, mi queridísimo troll "My dying bride", deberías aprender a hacer críticas con respeto. Eso lo primero. No hace falta insultar a los demás, cuánto más cuando yo no soy gótica, ni me he preciado de serlo. Porque recuerdo perfectamente decir, incluso antes de ser mayor de edad, que yo no era gótica ni heavy, sino que era yo misma con mis gustos y mis circunstancias. Y ahora, que soy mayor de edad con creces, mucho menos. Y como detalle te diré, también, que una de esas modernas a las que critico, además de fea, es gótica guay.

Sigue siendo fácil y permisible criticar desde el anonimato. Pero corres el riesgo de cometer fallos como estos. Espero que haya quedado claro. Pero estoy abierta a discusiones en toda regla.


4 comentarios:

José Mateos dijo...

Yo soy una élite intelectual.

Morgana Majere dijo...

Constituyámonos en grupo intelectual unipersonal. ¡Viva!

Menelmakar dijo...

Como mucho añadiré que, en mi opinión, en todos los colectivos denominados "tribus urbanas" hay ese tipo de gente que se cree que por no ser lo que los cánones dictan como normal están por encima de los demás. Joé que lo de los modernos eran un ejemplo porque ahora están de moda.

De todas maneras...¿quién dicta qué es normal? Porque dado que la masa es borreguil por definición (y por elección) las modas les hacen migrar masivamente entre "estilos" convirtiéndolos en normal.

Ojo de gato dijo...

Yo voy a aprovechar su modernísima separación de incisivos para aparacar la bici u.u