domingo, 21 de marzo de 2010

Buenas noches, Clarise...

Se relamió, mientras lo miraba con ojos lascivos. Ladeó el rostro, y de sus labios entreabiertos se escapó una risita. Miró hacia ambos lados, de reojo, como divertido por su travesura, y se acercó a su víctima.

Por la ventana entraba aire frío, era una oscura mañana de invierno, en el invierno del noventa y tres. Temblaba, tal vez de miedo. Pero él no dejaba de reír, entre dientes, muy bajito, para que nadie le oyera.

Apenas les separaban un par de pasos cuando él sacó el cuchillo. De sierra, reluciente, su borde aserrado capturaba los débiles rayos del sol de invierno, reflejando el temor rojo.

Y sucedió.

Salió de la habitación con las manos en los bolsos y la boca llena. Solo quedaba un pequeño rastro de su maldad en la comisura de los labios. Se relamió, y rió entre dientes. Después corrió escaleras arriba. Daba igual que ya le oyeran.

6 comentarios:

Menelmakar dijo...

No existe el crimen perfecto, pero si es por dulce merece la pena

Hinageshi dijo...

La gelatina me ha matado xD

Morgana Majere dijo...

jajajaja... es como una cierta tarta de manzana...así me tenía que acercar yo :P

Hinageshi dijo...

Es que ni esperar a que se enfriara! Tienes que practicar más técnicas ninjas de rodar para poder hacerlo efectivamente!

Jokin dijo...

Me ha hecho mucha gracia la entrada :)

Morgana Majere dijo...

Gracias joks :D

y ser, practicaré ò.ó