jueves, 4 de marzo de 2010


Acarició su rostro dormido, sus mejillas sonrosadas, y la abrazó, en un vano intento por protegerla del mundo. Cerró los ojos, mientras una lágrima fugitiva escapaba de s
u ojo sano.

¿Cómo podría ella, algún día, explicarle lo que acababa de suceder? ¿Cómo podría explicarla alguna vez...? Un mechón se desprendió sobre su rostro, y no se molestó en sujetarlo.

Sollozó en silencio, consciente de que ese momento llegaría, consciente de que el dolor tal vez fuera demasiado difícil de soportar. Y contuvo un fuerte grito en su garganta, y la abrazó. Era lo único, lo mejor que podía ofrecerle. Tratar de llenar el vacío, tratar de ocultar aquella incesante oscuridad que amenazaba la existencia de...

Cubrió sus labios con una mano, y miró hacia otro lado. Jamás tendría que haber sucedido así, jamás tendría que haberlo permitido... Pero ahora el sol se ocultaba en el horizonte, y su cuerpo fatigado no podía ya más.

Se acurrucó, intentando dar calor al cuerpo que yacía junto a ella, intentando protegerlo de todo mal, intentando escapar de sus recuerdos, para nunca tener que explicar...


1 comentario:

Hinageshi dijo...

Me encantan las lágrimas fugitivas, sabiendo incluso lo que significan.