martes, 21 de abril de 2009

Hablamos de...

De creatividad. Kreativität.

Y cómo no, igual que haces con la cocacola (sí, yo sí, y conozco al menos a dos personas más), lo agitas, lo dejas reposar, y luego te lo bebes. Y así, lo planteas, lo das vueltas, dejas pasar una noche (donde sueñas que eres Spiderman), y llega el momento de la reflexión.

Decía quien firmaba el artículo de ayer que has de dejar que venga la creatividad en momentos inverosímiles, que salga el inconsciente, que no hagas mucho, que trabajes pero no demasiado, que tengas una vida ociosa, muelle, que así vendrá mejor la creatividad.

Como siempre, yo no estaba de acuerdo. Pero mostrar todas tus dudas, tus desacuerdos, y las desventajas que le ves, es absurdo, porque a) no te escuchan, b) tienes que decirlo deprisa para que te de tiempo a exponer tus argumentos antes de que el no espejo te corte, y c) lo tienes que decir en alemán.

Así me quedé sin poder decir que eso no es cierto, que la creatividad no tiene nada que ver con la no actividad. Los que me conocen, lo saben. Soy una persona activa, MUY activa. Mi vida es un acúmulo de asignaturas, clases extra, gimnasio, salidas, entradas y un sinfín más de cosas que no puedo dejar de hacer. Y aún así, me deja tiempo para seguir escribiendo, creando, sacando un momento en que reflejar todo lo que pasa por mi cabeza.

Muchas veces no son más que notas en mi agenda, breves frases que tratan de, infructuosamente, recoger las ideas magníficas que he tenido. Pero muchas otras sí funcionan, y puedo permitirme el lujo de escribir una obra completa, sea cual sea su largura. O incluso puedo escribir aquí, muy de cuando en cuando (?).

Pero el caso es que la creatividad no me viene cuando estoy vegetando, o cuando estoy sin hacer nada, o disfrutando de la vida (das Leben genissen), sino cuando estoy en plena actividad cerebral, cuando estoy sin parar, trabajando, estudiando, traduciendo. Es en esos momentos cuando mi cerebro lleva dos líneas de acción (acción - reflexión), y empiezo a darle vueltas a cosas, a tener ideas brillantes, a reflexionar sobre esas cosas que quedaron en mi subconsciente y que, a pesar de no llevar vida muelle, salen a flote listas para ser empaquetadas, etiquetadas y enviadas al mundo del arte, sea cual sea.

Y me doy cuenta, precisamente en esa reflexión, de que justo en este tipo de escritos es donde recibo comentarios de la gente. Veo que cuando digo tonterías, nadie me hace ya caso. Pero cuando pienso un poco (sí, es cierto, los adolescentes jóvenes también piensan), y cuando escribo eso que pienso, la gente parece que responde. Y no es a los que oblig amablemente recuerdo que he publicado!

No empecé a escribir para ser comentada, sino porque necesitaba escribir este tipo de cosas. Pero también me gusta escribirlas para alguien. ¿Frívola? Sí, pero con conocimiento de causa. ¿Lingüística? También, que es lo que coharta mi libertad (wir wollen eure Kreativität nicht brenzen).

Al fin y al cabo, de esto aún no vamos a vivir...

2 comentarios:

Dama Blanca dijo...

Me paso toda la vida con el "que la inspiración te pille trabajando" de Picasso en la cabeza :)

No es verdad que la inspiración llega si estás ocioso, por dios. Llega si observas, si te mantienes despierto ante todo, no si estás con encefalograma plano viendo la tele xD

Me gusta lo que escribes, rubia ^^

Morgana Majere dijo...

Me alegro mucho :D Y estoy totalmente de acuerdo contigo. No es tanto, en mi opinión, "trabajando", como dice Picasso, sino lo que has dicho tú, y lo que intento hacer yo. Si le facilitas la entrada, si le ayudas a que venga, la inspiración se acerca a ti en cualquier momento.

El coger después un boli /pincel /tijeras /rotulador y plasmarlo en algún sitio, es otra historia.

Un beso, guapa!!