viernes, 9 de abril de 2010

La historia que me contó una patata


- Sí, ya sé lo que parece. Sin embargo, es así como sucedió, tal y como se lo he contado. Él sacó la pistola, disparó, y luego se marchó corriendo. ¿Cómo? No, ni por asomo. Si hubiera mirado detrás de la cortina yo ahora estaría muerto. Pero estoy aquí, vivito y criando hijos. Mire, mire, aquí puede usted ver cómo crecen. Pero no se crea, no es tan bueno. Al fin y al cabo, tengo que cargar con ellos todo el día, y luego siempre me los arrancan. ¡Y sin preguntar siquiera!

Pic

- ¿Ha apagado la grabadora ya? Joder, estaba harto de moñeces. Estos putos hijos que me salen... Mire, todo el día arrancándolos y tirándolos detrás del sofá para que mi mujer no se dé cuenta. Si se entera... Pero bueno, ahora con esto de los disparos voy a hacerme famoso. Igual hasta puedo buscarme una boniata así jovencita y macizorr... ¿Qué? ¿Sí, cariño? Sí, te he oído, que cuelgue la lavadora. Ya voy, que sí, y después pasaré el aspirador... Ay, mujeres. ¿Que qué? Nada, no decía nada... Es hora de irse, caballero, ya nos veremos en otra ocasión.

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