Sin libros. No podría seguir viviendo si no tuviera nada que leer. Hasta las matrículas, cuando no se sabe leer otra cosa. Sin embargo siempre hay algo, siempre hay obras que hacen desear que la escritura no hubiera existido nunca.
Sin música. Al menos sin cierto tipo de música. Doy gracias porque la madre de Vivaldi pudiera criar a ese hijo. Y con ella las madres de muchos más. Y me acuerdo también de las madres de muchos otros, aunque nadie sepa quiénes son sus padres. Esos podrían estar en la otra lista.
Sin soledad. Un momento para cerrar los ojos y pensar. O pensar con ellos abiertos, aunque eso dé más miedo. Y una mierda, soledad para no tener que oír las gilipolleces que podemos llegara a decir (yo incluida).
Sin uvas. Es una debilidad. Como el chocolate.
CENSORED
No podría vivir sin muchas cosas. Siempre las estaría echando en falta, pero... ¿Y si fuera necesario? ¿Sobreviviría? ¿A cuántas cosas estás dispuesto a renunciar con tal de seguir adelante?
La moneda de canje la eliges tú, solo tú puedes saber qué depondrás para poder continuar.