miércoles, 30 de junio de 2010

Li Sen


Me voy.

Aunque te voy a echar horrores de menos...

domingo, 20 de junio de 2010

ATENCIÓN: SPOILER

ATENCIÓN: Spoiler, pero uno de los grandes. Si eres fan de Dexter y no has visto la cuarta temporada, sal ahora mismo de aquí y vuelve cuando renueve entrada. Si no, sigue bajo tu responsabilidad :)


Después de la enorme cagada de la entrada de ayer, que tuve que borrar porque el puñetero html se reía de mí, vengo cargada de paciencia a ver si esto funciona en condiciones. Todos los que me conocen, quiero decir, los que me conocen de verdad, saben que soy
una apasionada de mis cosas. Y entre esas cosas está Dexter.

Cuando terminó la cuarta temporada, allá por diciembre de 2009 (el día 13 se aireó en los Estados Juntitos), tuvimos que ver todos con la boca abierta el terrible, y a la vez genial, final de temporada. Fue algo parecido al final de Perdidos, nadie se lo esperaba, todos nos quedamos unos segundos callados sin saber qué decir o qué pensar. La diferencia es que después, con el tiempo, cuando reflexionamos sobre lo que había sucedido, nos dimos cuenta de la grandeza y genialidad que supone hacer eso con uno de tus personajes principales.



¿Quién no pensó en qué iba a ser del pobre Harry Junior, que de tan chiquitín había tenido que ver cómo su mamá moría en una bañera? ¿O sus hermanastros, hermanitos, huérfanos de padre y de madre?

Ya queda cada vez menos para esta nueva temporada, la quinta y, esperamos, no la última. Y sabemos todos que no habrá venganza para el pobre marido desolado, pues mató al asesino antes de saber lo que había hecho.

No sé qué pasará en esta nueva temporada, no sé qué hará Deb después de que se de cuenta, irremediablemente, de quién es su hermano. Cuando ate cabos, ¿qué hará? ¿Qué pesará más, el amor fraternal o el deber moral? Pero en este caso, ¿de qué lado está la moral?

Lo único de lo que estoy segura es de que el lunes 27 de septiembre estaré totalmente inmersa en una nueva trama que ocupará tiempo y mente durante las siguientes doce semanas. Y vosotros qué,

¿todavía no lo habéis visto?

jueves, 17 de junio de 2010

Esta va por vosotros

En estas fechas me siento en la obligación de dedicaros una* a todos vosotros.

En estas fechas, cuando los nervios están a flor de piel.

Cuando en el calendario las casillas se tachan solas, sin que nos demos cuenta de que pasan los días.

Y cuando todos se creen con derecho a exigirnos más, y más, sin entregar nada a cambio.

Precisamente es en estas fechas cuando necesitamos recordarnos que somos PERSONAS, que no hemos perdido aún nuestra HUMANIDAD, y necesitamos revestirnos de toda nuestra PACIENCIA para no responder así:

, valiente cabrón y vago, que has estado todo el curso sin dar un palo al agua. NO TE DEJARÉ LOS APUNTES. ¡Y te los voy a pasar todos con faltas!

Y , profesor exigente, NO voy a hacer más prácticas, porque no me cuentas más que MILONGAS, y ¡¡"esto no me lo estudio porque creo que es mentira"!!

Y , bastardo incompetente, que te crees con derecho a corregirme y a opinar sobre mi vida, a ti sobre todo te voy a dar una lección.

Dejadnos en paz, dejadnos vivir. Ya estudiaremos más cuando nos apetezca, ya comeremos menos cuando no tengamos hambre, ya nos vestiremos de otra forma cuando tengamos que hacerlo, ya jugaremos menos al ordenador cuando nos aburramos menos y, sobre todo, ¡YA cambiaremos cuando nos DE la GANA hacerlo!

Y dejad de meteros en nuestra vida, que para eso están las madres, y madre no hay más que una.


Por todos aquellos que tuvieron ganas alguna vez de decir una de estas frases u otra parecida, y callaron por educación; por todos aquellos que tuvieron ganas alguna vez de partirle la cara a algún desecho social, y no lo hicieron porque en su casa les enseñaron educación; y por todos aquellos que alguna vez quisieron hablar mal de otras personas sin saber, y se les explotó la mierda en la boca.

En nombre de vosotros, los primeros, ¡clamo venganza al cielo, y grito nuestras quejas a la vez!

Y por los últimos, no puedo menos que desearles que cada vez que alguien se cague en dios, esa mierda caiga directa en su cara, explotando y pringando de una masa marrón y maloliente sus viperinas lenguas. Que os lo merecéis, por GILIPOLLAS.

*Sugerencia: mantener la canción durante toda la entrada.

martes, 15 de junio de 2010

What if God was one of us?

Hay veces, en este mundo absurdo nuestro, donde la parcialidad está a la orden del día, y las buenas acciones son casi menos frecuentes que la alineación todos los planetas de nuestra órbita, hay veces en que uno debe preguntarse qué haría Dios si bajara de nuevo a la tierra, a ver cómo van las cosas entre nosotros. Entre nosotros, quiero recordar, que fuimos hechos a su imagen y semejanza.

Y, la verdad, dudo mucho que se fuera contento. Es más, estaría por afirmar que ni siquiera se quedaría tranquilo.

Miles (y millones) de hogares no tienen un sueldo con el que comprar el pan para alimentar a sus miembros; sin embargo, en el lado opuesto, los banqueros cobran enormes pensiones, los políticos van en limusina a sus reuniones y son totalmente incapaces de quitarse un mísero céntimo de su sueldo, prefiriendo hacer reformas que a nadie ayudan.

Los niños de hoy no saben lo que es un juguete de verdad, una tarde en un parque, un amigo al que contar un secreto, una lágrima de verdad porque ese amigo se lo contó a su vecino. Todo lo ven ahora a través de una pantalla, sentados solos en un sofá, sin saber dónde ni cómo jugar. Sus padres les mirarán desde la puerta, y preferirán no sentarse a su lado, porque ya no saben iniciar una conversación.

Hemos avanzado tanto que somos capaces de localizar a una persona en medio de la inmensidad con un pequeño cacharrito que ni siquiera necesita enchufe, pero en otros lugares la gente muere, también en medio de la misma inmensidad, sin haber conocido lo que es tener el estómago lleno. Nos emocionamos cuando una operación mediática sale bien, cuando un hombre rico y famoso consigue superar su enfermedad, mientras miles de anónimos mueren sin que su último suspiro pase a la posteridad.

Y a nosotros QUÉ MÁS NOS DA. Esta es nuestra sociedad, la misma que nos ha enseñado a dar con la mano abierta, sonriendo a la cámara, mientras lo quitamos a escondidas con la otra. Por eso nos da igual. Nosotros somos esos niños que ya no aprendieron a jugar, ni a vivir. Penosa será la existencia que les otorgaremos a nuestros hijos... si no lo cambiamos antes.

jueves, 10 de junio de 2010

Ein kleines Licht. (In)certeza Absoluta

A veces, los aparatos viejos, con el tiempo, dejan de funcionar. Normalmente no se apagan de golpe, de un día para otro, sino que durante algún tiempo te van avisando, van dando pequeñas señales de que ya no están como antes. Puede ser un pequeño ruidito, una fuga al principio invisible, luego más grande, o tal vez puede que sea una luz que parpadea, o que brilla menos de lo normal.

La primera vez que vemos a esa luz parpadear, sonreímos. Cuando se tiene cariño a algo, aunque sea el cariño que surge de la convivencia diaria, perderlo duele; y por ello a veces viene bien el tiempo intermedio para acostumbrarse a su falta. Por eso, al principio, sonreímos.

La segunfa vez que la lucecita parpadea, fruncimos el ceño. El momento no es el adecuado, o la situación económica (puta crisis...), o no tenemos tiempo para una sustitución, o no queremos deshacernos de aquello que tan buenos recuerdos nos trae.

Entonces es cuando te paras frente a ello, lo miras,y te preguntas qué es lo que le pasa. Qué es lo que va mal. Porque no puedes entenderlo - hasta ahora todo estaba bien...

Pero puede fallar por dos razones, e incluso tú lo sabes. Puede ser que sea ya demasiado viejo. Fugit irreparabile tempus, y nada podemos hacer para evitarlo.

Sin embargo, existe aún otra razón: el uso excesivo. Las cosas fallan, a veces, por desgaste. Lo mismo que un amor al que la rutina ha vuelto obsoleto, lo mismo que un sueño que, a fuerza de ser repetido, suena a disco rallado, lo mismo que el oído se acostumbra al suave sonido del mar. Así también, a veces, algo puede sentirse cansado de funcionar, y dejar, poco a poco, de ser eficiente y capaz.

¿Y qué hacer, cuando sabes que el parpadeo de esa luz es el inevitable principio del fin?


jueves, 3 de junio de 2010

Oh, tierno y dulce, oh, tú,

que en silencio mis labios besas,

no reveles nuestros secretos placeres,

y muerde con tus fauces mis entrañas.